Imagine que va caminando por la calle rumbo a cumplir con sus actividades diarias y, al buscar el celular, no lo encuentra en su bolsillo. Seguramente sentirá que se paraliza, que el corazón palpita más fuerte y entra en pánico. Esta sensación, en la gran mayoría de personas, puede motivar desgano, frustración y, en los casos más graves, depresión o miedo.
Lo interesante de esto es que, aunque parezca sólo un desánimo generalizado (algo normal), un grupo de estas personas experimenta un alto grado de ansiedad, no por la pérdida del dispositivo, sino por la falta de conexión con el mundo virtual. A esta adicción se le reconoce como nomofobia, un término que proviene del anglicismo “nomophobia” (no-mobile-phone-phobia) y que fue acuñado en 2009 en el Reino Unido.
La nomofobia es el miedo o la ansiedad irracional a estar sin el teléfono móvil o a la posibilidad de no tener acceso a él. Es considerada una de las nuevas adicciones que, aunque invisibles, tiene efectos devastadores en la salud mental. Pero no es la única adicción.
Según la psicóloga, sexóloga, profesora y directora de la Especialización en Adicciones de la Universidad Simón Bolívar, Zuleima Esther Bitar Yidi, hoy podemos hablar de nuevas adicciones como la adicción al sexo, a las compras, a las aplicaciones financieras (como Nequi), a las redes sociales y al vapeo, entre otras.
“Ocurre que la mayoría de la población humana, por ejemplo, sufre de nomofobia y no lo sabe”, comentó Bitar Yidi. Relata que es importante reconocer y desmitificar las dependencias modernas, y reconocer las señales de un problema que, lejos de limitarse a las sustancias, se ha expandido a nuestras interacciones más cotidianas.
Las redes sociales, en muchos casos, se han convertido en enemigos ocultos, en donde toda nuestra vida privada se convierte en pública. Los algoritmos son un sistema avanzado de inteligencia artificial que personaliza la experiencia del usuario en la plataforma: trabajan eligiendo y mostrando contenidos segmentados y, así, con cada usuario, creando un “feed” (contenido que aparece en la pantalla principal) único y personalizado, que se basa en interacciones y preferencias.
Por ahora, la nomofobia no es considerada una enfermedad mental por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como tampoco lo son la adicción a las plataformas financieras o al vapeo; sin embargo, estas dependencias ya están siendo analizadas desde distintas organizaciones.
Statista, plataforma en línea alemana que se especializa en la recopilación y visualización de datos, señala que el 6 % de la población mundial sufre de nomofobia, lo que equivale a más de 400 millones de individuos. Otros estudios sugieren que afecta hasta al 60 % de la población mundial, especialmente a personas entre los 18 y 24 años.
Hoy en día, cuando hablamos de adicciones, la mayoría de las personas siguen pensando inmediatamente en drogas ilícitas, alcohol o juego patológico.
Las adicciones se han diversificado y, sobre todo, se han camuflado en comportamientos cotidianos que pasan desapercibidos. “Una adicción es una condición crónica, caracterizada por la pérdida del control, la compulsión y la dependencia física o psicológica. Esta puede estar relacionada con sustancias o con comportamientos”, señaló la profesora.

“En la actualidad, hemos identificado un listado amplio de adicciones. Estamos enfrentando adicciones que, aunque no se identifican fácilmente, ya están dando cifras preocupantes, porque interfieren con la vida diaria y las relaciones personales”, añadió Bitar.
En el caso de la adicción a las compras, que es el impulso incontrolable de adquirir bienes innecesarios como forma de aliviar el malestar emocional, su afectación es grave. Tanto así, que ya existe la adicción a las aplicaciones financieras como Nequi, donde el uso compulsivo de estas plataformas para transferencias, aportes o realización de microcréditos genera dependencia y problemas económicos.
El problema es la adicción y no su tipo
“Ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre”, como se dice popularmente, este refrán sugiere que no es bueno exagerar ni llegar a los extremos. Es necesario encontrar un punto medio en todas las cosas. Y es precisamente lo que debe entenderse de las adicciones.
Según la profesora de la Universidad Simón Bolívar, por las adicciones se han perdido vidas, se han acabado familias, relaciones de pareja y se han liquidado empresas. Es relevante aclarar que las adicciones varían según la edad y el género; no nos afectan a todos por igual. Existen diferencias significativas según la etapa de la vida y el género.
Dicho esto, se entiende que niños y adolescentes son más vulnerables a las adicciones conductuales, como a los videojuegos, a las redes sociales y al vapeo: “su cerebro, aún en desarrollo, los hace más propensos a la impulsividad y la búsqueda de gratificación inmediata”, comentó.
Ahora bien, es diferente en adultos y jóvenes, que suelen presentar adicciones relacionadas con el rendimiento, como el uso de estimulantes, el sexo, las apuestas y el consumo de sustancias recreativas.
“Las mujeres tienden a desarrollar adicciones como respuesta a traumas emocionales o violencia de género, como el uso de ansiolíticos, alcohol y compras compulsivas. En contraste, en los hombres es más común la adicción al juego, al sexo, a sustancias estimulantes y a conductas de riesgo”, precisó la profesora.
“Si buscamos cuáles son las causas para una adicción, encontraremos que son multifactoriales y complejas. Incluyen factores genéticos, psicológicos, sociales y ambientales. Entre los más comunes encontramos traumas no resueltos, separaciones, problemas de salud mental como ansiedad o depresión, presión social o cultural, falta de redes de apoyo, acceso fácil a sustancias o tecnologías adictivas”, recalcó.
Lo importante, en el caso de padecer adicciones, es que las personas reconozcan el problema y puedan tratarlo con el apoyo de su familia y profesionales en la materia.
¿Cómo detectar una adicción?
Detectar una adicción a tiempo puede marcar una diferencia significativa al permitir realizar una intervención temprana, lo que a menudo lleva a mejores resultados en el tratamiento y una recuperación más exitosa.
Según Bitar Yidi, podemos identificar que se padece de adicción cuando ocurren:
- Cambios bruscos de humor o comportamiento.
- Aislamiento social.
- Negación del problema.
- Dificultad para cumplir con responsabilidades.
- Necesidad creciente de repetir la conducta y aumentar la dosis.
- Síntomas de abstinencia.
El tratamiento de las adicciones debe ser integral, personalizado y basado en evidencia. Algunas de las estrategias más efectivas incluyen la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento adictivo.
Tipos de adicciones menos reconocidas:
- Adicción al sexo.
- Adicción a las compras.
- Adicción a las aplicaciones financieras.
- Adicción a las redes sociales.
- Adicción al uso del celular.
- Adicción al vapeo.
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