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¿En qué momento la educación dejó de ser excluyente para ser inclusiva?
El camino de Colombia hacia la inclusión se construye en dos frentes simultáneos: el debate académico y la experiencia humana.
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La opinión
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Domingo, 26 de Octubre de 2025

Por: Universidad Simón Bolívar - La Opinión

Mientras cátedras y simposios, como los de la Universidad Simón Bolívar, trazan el mapa legal y pedagógico, son las historias de vida las que revelan la importancia de la sensibilización para convertir la norma en una realidad social.

Luz Andrea Pacalagua es una exitosa profesional, gerente de Relaciones Institucionales de la Universidad Internacional de la Rioja (España). Su tarea es propiciar espacios académicos para que en las universidades de Colombia se aborden diversos temas de interés, entre otros, como el organizado esta semana durante la II Cátedra de Inclusión, Educación Inclusiva e Intercultural, desarrollado en la Universidad Simón Bolívar y apoyado por las universidades de la región, articuladas en la Alianza SIES+, así como por la Red Colombiana de Instituciones de Educación Superior para la Discapacidad (Red CIESD).

Según dijo, esta cátedra le tocó el corazón, pues ha tenido que vivir junto a su esposo, quien padeció apenas hace algunos años de sordera, la profunda falta de empatía y preparación que persiste en la sociedad para con las personas que tienen alguna condición de discapacidad, por eso cree que apenas se avanza en este vasto camino y que son las universidades los motores de la inclusión en Colombia.

Pacalagua contó que su pareja ha vivido situaciones profundamente difíciles, como el acoso directo de un compañero de trabajo que se burlaba llamándolo "sordo". También ha enfrentado la incompetencia del propio personal médico, que no supo cómo comunicarse con él antes de una cirugía y a nivel personal ha sufrido un severo aislamiento social, incluso al interior de la misma familia, para evitar la incomodidad, un duro capítulo en sus vidas. Por ello, celebra que hoy en las universidades se desarrolle una cátedra de inclusión.


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Pero, ¿en qué momento de la historia de Colombia la educación dejó de ser para gente exclusiva y a convertirse en inclusiva?

Durante siglos, la educación fue un privilegio diseñado para uniformar y excluir. Hoy, se vive una transformación profunda que busca convertir el aula en un reflejo real del país: diverso, multiétnico y abierto.

En Colombia, más de 13.4 millones de personas se autorreconocen como parte de grupos étnicos (afrocolombianos, indígenas, raizales, palenqueros o rom), según el Censo DANE 2018. Históricamente, para muchos de ellos, al igual que para millones de personas con discapacidad o identidades LGTBIQ+, la puerta de la escuela estuvo, si no cerrada, al menos entornada.

Unisimón

Pero fue hasta 1991, con la nueva Constitución Política, que llegó el punto de inflexión legal y filosófico para Colombia pues no sólo reconoció al país como "pluralista y multiétnico", sino que consagró la educación como un derecho fundamental. Sin embargo, el gran sismo conceptual que obligó al sistema a repensarse fue la ratificación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (Ley 1346 de 2009), así como el advenimiento de nuevas sentencias como la T-478 de 2015 que protege la inclusión de personas LGTBIQ+.

Estas secuencias legales, como explica la experta española Noemí García San Juan, vicedecana de Desarrollo Académico Internacional de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), supuso un cambio de paradigma total: "Deja de ser la discapacidad vista como un aspecto médico o clínico, sino como una circunstancia y el enfoque se hace desde los apoyos y no desde las limitaciones". Un cambio normativo que obligó a las universidades a movilizarse.

Según la coordinadora nacional de la Red CIESD, María Isabel Pinzón, las universidades son las generadoras de conocimiento. Instituciones como la Unisimón con su "Cátedra de Inclusión", no se limitan a seguir normas, sino que investigan y debaten cómo aplicarlas, por ello son el epicentro donde la inclusión se piensa, se debate y se transforma en acción.


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Para Sandra Milena Carrillo Sierra, profesora investigadora del programa de Psicología de la Universidad Simón Bolívar y líder del nodo Santander de la Red CIESD, la Cátedra de Inclusión es importante porque actúa como una estrategia clave de articulación.

Su valor principal es que logra reunir en un mismo espacio a todos los actores necesarios para que la inclusión deje de ser sólo teoría: junta a los académicos que la investigan, a las entidades (como ministerios) que la regulan y a la sociedad civil que la vive. Al "concentrar aún más actores", como los de la Red de Universidades para la Discapacidad, evita esfuerzos aislados y crea un frente común.

No obstante, reconoce que la inclusión fracasa precisamente en la práctica diaria. El problema, explica Carrillo, es que estas barreras no son siempre intencionales, sino culturales y profundamente arraigadas. "Lo que sucede es que algunas, no necesariamente las planeamos hacer, están internas en nosotros por esos imaginarios, por esas creencias y pueden surgir de forma espontánea, pero no dejan de hacer igual el daño el ambiente incómodo".

Sobre la solución, García San Juan, expresó que “si cada uno asume su propia responsabilidad identificando dónde están sus perjuicios, donde están estas atribuciones, esas bajas expectativas y las cambia, será un esfuerzo más que moderado y probablemente mucho más efectivo".

"Vamos a paso lento, pero avanzando. Estos procesos no se dan de la noche a la mañana. Desde el 2009 hacia acá se ha venido haciendo una evolución, porque primero hablábamos de necesidades especiales o niños especiales o estudiantes especiales, luego necesidades educativas especiales, luego necesidades educativas diversas, porque ya no eran sólo discapacidad sino diversidad, entonces tenemos la interculturalidad”, puntualizó.

La Red CIESD y la Unisimón organizaron la cátedra en articulación con el VII Simposio Regional y VI Simposio Internacional de Educación Superior Inclusiva, Innovación e Inclusión en la Educación Superior.  Además, durante el mes de noviembre tendrá lugar el primer Encuentro Nacional de Rectores y Directivos por la Educación Superior Inclusiva, complementado por 6 “webinars” orientados a su fortalecimiento, en el marco del VII Encuentro Nacional de la Red Colombiana de Instituciones de Educación Superior por la Discapacidad. El propósito central de estas iniciativas consiste en presentar la Declaración Nacional de Compromiso y la Agenda Nacional de Prioridades. El objetivo de este encuentro es compartir, socializar y evaluar el progreso de la inclusión en el país.

Luz Andrea Pacalagua y su esposo han vivido las dificultades que viven miles de personas excluidas.   Luz Andrea Pacalagua y su esposo han vivido las dificultades que viven miles de personas excluidas. 


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