Del prominente intercambio turístico y comercial que se vivía en los alrededores de la frontera con Venezuela, concretamente en la ciudad de Ureña, surgió uno de los barrios en la comuna 4, a mediados del siglo XX: el Viejo Escobal.

En sus inicios, el sector fue un corregimiento adscrito a San Luis, pero con el paso del tiempo la administración municipal le otorgó el estatus de barrio, debido a una serie de factores que impulsaron el crecimiento cultural, económico y comercial en esa zona del área metropolitana.

Los primeros vecinos del Viejo Escobal eran colombianos y venezolanos, y juntos aprovecharon aquellos recursos ofrecidos por el río Táchira, ubicado a escasos metros del territorio, para construir las primeras viviendas y realizar libremente el ejercicio de la pesca.

Centro de producción

No obstante, la historia cuenta que la principal actividad ejercida por la comunidad era la siembra y cultivo de diversos productos de pancoger (yuca, plátano, frijol, tomate, maíz, entre otros), que convirtió al Viejo Escobal en un importante centro de producción para toda la ciudad y el vecino país.

Por la década del 70, surgió una nueva ocupación para los trabajadores en la frontera, que empezaron a cargar las maletas de aquellos visitantes que transitaban por allí, y se hicieron llamar como los “maleteros”, un oficio que se mantiene hasta la actualidad.

La Parroquia San Judas Tadeo surgió como una respuesta a la necesidad de los residentes católicos del Viejo Escobal por tener un centro religioso donde profesar su fe; y gracias a la gestión de la comunidad, se pudieron obtener los recursos para dar inicio a la construcción de la capilla.

Toda una tradición

El templo, que rinde honor a uno de los discípulos de Jesús de Nazaret, se estrenó el 5 de mayo de 1990, acorde a los datos de la Diócesis de Cúcuta, y cada 28 de octubre se celebra la fiesta patronal en la capilla, consolidándose como una fiesta tradicional en el Viejo Escobal.

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Dos colegios

La institución educativa Padre Luis Variara, ubicada sobre la redoma de El Escobal, es otro de los lugares distintivos del barrio, donde asisten niños de ese y otros sectores aledaños como La Campiña, Nuevo Escobal, Boconó entre otros.

La escolaridad en el Viejo Escobal se complementa con una de las sedes del colegio Club de Leones, la cual está ubicada en la calle 3 del barrio, y por sus aulas han asistido muchos habitantes del barrio.

No obstante, el Viejo Escobal posee numerosas problemáticas que rodean este sector referidas a la inseguridad, el contrabando, deterioro de la malla vial y deserción escolar, entre otros, que afectan diariamente a su comunidad.

Con ganas de mudarse

Es por eso que al recorrer las calles de este barrio, se pueden advertir en repetidas ocasiones letreros con los mensajes de: “se vende” o “se arrienda”, debido a la situación de inseguridad presentada en ese lugar.

“Vivir acá dejó de ser un beneficio para ahora ser un dolor de cabeza”, comentó una residente que prefirió omitir su nombre, al ser consultada sobre esta situación, y aunque hay sectores donde incide mucho la inseguridad, quizás el más conocido del sector es la trocha conocida como La Isla.

Una situación pasa con aquellos residentes que ponen en arriendo sus viviendas, pues los inquilinos no duran debido a los numerosos actos de violencia a los cuales están expuestos los habitantes, ya que la situación se vuelve insostenible para ellos.

Mitigar la inseguridad en ese sector de la ciudad se volvió una de las tareas pendientes para la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc); en articulación con la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

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Para mejorar la seguridad, a través de la estrategia Cúcuta Territorio Seguro, la Alcaldía ha invertido más de 300 millones en equipamiento tecnológico para contrarrestar la ola de violencia en la ciudad, según datos de Diego Villamizar, secretario de este despacho.

Preocupa la malla vial

Las primeras vías de acceso fueron creadas por las familias, pero no fue hasta mediados de los años 50 cuando llegó el primer avance significativo en materia de pavimentación vial.  Sin embargo, lo que al principio fue una de las fortalezas del barrio, desde hace mucho tiempo no se han retocado las vías, haciendo de esto el mayor problema, junto con la inseguridad.

 “Cuando llueve, varias vías se vuelven caminos de herradura, y es difícil para los conductores transitar por allí; es una necesidad que venimos pidiendo desde hace tiempo”, señaló un residente del lugar.

Todo parece indicar que son pocas las opciones que se tienen para recuperar algunas calles en el Viejo Escobal, debido a que las calles secundarias del barrio no tienen acceso a la ruta de transporte público.

Lo anterior, en vista de que el programa comunidad gobierno, de la Alcaldía de Cúcuta, buscará recuperar 100 kilómetros de malla vial donde, principalmente en la zona céntrica de la ciudad y en aquellos sectores donde las calles se encuentran en estado crítico, según un informe de la Secretaría de Infraestructura de Cúcuta.

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