La novela sobre la denuncia del párroco de Manizales, Julio César Quintero, contra el obispo de Cúcuta, José Libardo Garcés, y su hermano Mario, por una presunta deuda que sobrepasa los 1.000 millones de pesos, escaló ayer al conocerse una denuncia penal contra el prelado.
En esta oportunidad, la denuncia fue interpuesta por el mismo sacerdote ante la Fiscalía de Manizales por los presuntos delitos de injuria y calumnia, derivados de un comunicado a la opinión pública que emitió monseñor Garcés en defensa de los señalamientos que se hicieron contra él y su hermano por la presunta deuda que les reclama Quintero.
En la denuncia radicada ante la Seccional de Investigaciones Criminales de la Fiscalía de Manizales, Quintero señaló que tanto monseñor Garcés como su hermano Mario “sí tienen conocimiento de los préstamos que les hice durante cinco años consecutivos y que ascienden a la cifra de 1.017 millones de pesos”.
Prueba de ello, afirmó, es el mandamiento de pago que emitió el Juzgado Quinto del Circuito de Manizales contra Mario Garcés, hermano del obispo de Cúcuta. En el comunicado aclaratorio emitido por monseñor José Libardo Garcés, este aduce que alertó a sus hermanos para que no le recibieran dinero al sacerdote Quintero. Además, argumenta que no tenía conocimiento de los negocios de sus parientes, “cuando incluso él me ofreció que le comprara una casa en Palermo y le diera el excedente cuando la deuda ya estaba muy alta”, expuso Quintero en su denuncia ante la Fiscalía.
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En el mismo comunicado aclaratorio, emitido por monseñor Garcés el pasado martes 30 de septiembre, manifiesta que, cuando él fue canciller de la Arquidiócesis de Manizales, “habían llegado varias quejas de personas del municipio de Aranzazu y de la ciudad de Manizales, en donde manifestaban que Quintero les había prestado dinero a unos intereses altísimos y que incluso los había dejado arruinados”.