Amables lectores: Al analizar el plan de desarrollo 2022-2026 aparece el artículo 173 que le otorgaría al presidente Petro facultades extraordinarias, por 6 meses como paño de agua tibia, para suprimir, crear y reestructurar todas las empresas de generación, distribución y comercialización del sector eléctrico y que el presidente asumirá en forma directa y personal el control de tarifas en servicios públicos como son saneamiento básico, agua potable, energía y gas.
En el artículo 152 del mismo proyecto contempla facultades extraordinarias que le permitirán al presidente Petro legalizar los cultivos de coca y marihuana con la regulación de sus usos alternativos para fines medicinales, terapéuticos y científicos. Podremos en Colombia iniciar el peligroso abismo de la narcocracia.
El Congreso no puede entregarle al señor Petro facultades de reyezuelo para terminar haciendo y deshaciendo lo que le provoque. La figura de las facultades extraordinarias no es otra cosa que el endoso antidemocrático de las competencias del congreso en manos autoritarias. De nada serviría que los congresistas hagan el papelón de hundir la reforma a la salud, si le entregan al presidente unas facultades extraordinarias para que en seis meses haga salud y las demás fuentes de todas las locuras que le provoque.
Sobre la inseguridad, el problema no es que en Colombia tengamos penas altas, medianas o bajas, sino que no existe el más mínimo interés por hacer efectiva la justicia ni siquiera en dosis mínimas frente a criminales quienes por sus conductas debían cumplir con sanciones efectivas, pero por el contrario tienen hoy la certeza de la impunidad.
La alcaldesa de Bogotá se queja de que 8 de cada 10 personas reincidentes quedan en libertad en cuestión de horas sin que exista justicia ni reparación alguna. No olvidemos a Rodrigo Uprinny cuando afirma: “La certidumbre del castigo, aunque moderado, previene mejor el delito que el tema de otro más terrible, unido con la esperanza de la impunidad.”
Con gran irresponsabilidad se dice que los empresarios mienten, que explotan a los empleados sin conocer a este gremio. Si les va bien dicen que han robado o como gran concesión que han tenido suerte.
Las leyes protegen a los empleados y eso está muy bien pero ¿quién protege a los empresarios? Emprender es una gran aventura, y este estilo en estas sociedades para el empresario no está bien visto.
Un país se hace por personas íntegras, apasionadas y trabajadoras. Empresa es desarrollo, empleo, contribución e inconformismo.