
La primera vez que visité Cúcuta las calles y avenidas aún estaban engalanadas con pasacalles de “Cúcuta 75”, recordando a propios y extraños el centenario de la tragedia de aquel 18 de mayo de 1875, donde todo colapsó. Comúnmente se le denomina Terremoto de Cúcuta, pero es más preciso llamarlo Terremoto de los Andes, porque abarcó el este colombiano - Cúcuta, con destrucción total, Los Patios, San Cayetano, El Zulia, Ocaña, Pamplona, Villa del Rosario y su Templo Histórico que se arruinó; y el oeste venezolano: San Antonio del Táchira, Ureña y Capacho.
Alguna vez le solicité al académico Jaime Buenahora Febres Cordero una conferencia para la sesión solemne que anualmente celebra la Academia de Historia sobre el tema, y desde Johns Hopkins University, donde es docente, con asistencia de numerosos estudiantes de arquitectura de la UFPS, nos conectamos on-line, y al terminar se le hizo la pregunta, ¿por qué terremoto de Cúcuta y no de los Andes? Jaime contestó que el epicentro fue en Cúcuta y la ciudad con devastación total.
La hora del sismo quedó fijada en el reloj de la Iglesia de Cúcuta: 11:15 de la mañana del martes 18 de mayo de 1875. El remezón no se detuvo sino después de 50 segundos. Existe un mapa topográfico de la ciudad de Cúcuta en 1863, realizado por J.M Crespo, “donde muestra la estructura urbana y características geográficas antes del terremoto de 1875. Incluye detalles de calles, edificaciones importantes y alusiones a los indígenas locales”, dice el pie de foto. El alcalde del momento, don Francisco Azuero M., dejó a la posteridad un sentido relato del día y el Concejo municipal encargó al ingeniero venezolano Francisco de Paula Andrade Troconis el trazado de las nuevas calles y avenidas de Cúcuta, y una de las características de ese trabajo es la amplitud de estas vías. Este ingeniero, que se residenció en Cúcuta, fundó colegios, periódicos, reconstruyó el puente San Rafael. Era hermano del expresidente venezolano General Ignacio Andrade Troconis.
La ley 43 de 1973, “Por la cual la Nación se asocia al primer centenario de la reconstrucción de la ciudad de Cúcuta”, dispuso la creación de una Comisión Especial Coordinadora del Centenario de Cúcuta y, además, la construcción y terminación de obras: la terminación del Hospital Erasmo Meoz, el Distrito de Riego del Zulia, el Ingenio Azucarero de El Zulia, la construcción y dotación de la Zona Franca Industrial y Comercial de Cúcuta, se ordenó la terminación y ampliación del parque de la Gran Colombia en Villa del Rosario, la dotación de la casa natal de Santander y del Museo de la Bagatela, se nacionalizó el Colegio Municipal de Bachillerato y se convirtió el Centro de Historia de Norte de Santander en Academia de Historia. Eran otros tiempos, se pensaba en la región y en grande. Del pobre sesquicentenario del terremoto de Cúcuta, que se cumple el próximo domingo 18 de mayo, nadie se acordó. La Academia de Historia realizará una sesión solemne y abierta al público, el próximo viernes 16, a las 04:00 p. m., en su sede del Edificio Nacional, para conmemorar el desastre, la pujanza de quienes impulsaron la reconstrucción la ciudad y los historiadores que dejaron páginas sentidas sobre la tragedia que próximamente trataremos de recopilar en nuestra Gaceta Histórica.
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