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Sensación post elecciones
Bienvenido el cambio, pero no así.
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Miércoles, 13 de Diciembre de 2023

Amables lectores: Hoy respiro más tranquilo. La sensación que tengo luego de la última jornada electoral es de equilibrio. Lo ocurrido demuestra que en Colombia hay esperanzas y particularmente lo sucedido en las grandes ciudades invita a enderezar el rumbo de la nación.

Es un mensaje frente a las reformas, como la salud, pensiones, laboral, educación que están en curso. Esta votación invita a la moderación frente al radicalismo y la improvisación del mandato del presidente. El estilo de gobernar convirtió estas elecciones en un pulso de aprobación y desaprobación del gobierno, frente a excesos y escándalos, surgidos de su entorno. No es solo la oposición la que habló sino fueron millones de ciudadanos que dijeron no a los candidatos del pacto histórico.

Bienvenido el cambio, pero no así. Se abre una oportunidad, que ojalá la presidencia tome. Es necesario hacer un acuerdo nacional, sobre temas claros, tanto en lo social, lo económico y lo político. Esto se debe realizar con los mandatarios regionales, las bancadas en el congreso y con los voceros de la sociedad.

La afirmación hecha por el presidente de que hoy volvería a ganar una elección presidencial no es cierta. Los candidatos del petrismo perdieron en las grandes ciudades. El pacto histórico, partido del presidente ya no es mayoría en Colombia con excepción de Nariño y Amazonas. En la capital del país pasó de ser la primera a la tercera fuerza. Si su resultado se compara con la elección presidencial, es una verdadera catástrofe para el petrismo. Perdieron mayorías y millones de votos.

Ni la extrema izquierda ni la extrema derecha son la solución para Colombia. Hoy en el país, en su inmensa mayoría, la gente está políticamente, en el centro. El problema no es la polarización, es el mal gobierno, no existen consensos y las políticas se quieren imponer sin argumentos.

La democracia colombiana ha sido puesta a prueba y ha demostrado que tiene contrapesos, que tiene mecanismos para corregir el rumbo. Se abren nuevas posibilidades. Los elegidos deben tener claro que la campaña terminó, que ahora ya no se deben solo a sus electores sino a toda la ciudadanía.

Se requiere más acción y menos arengas, más unión y menos planificación, más humildad y menos soberbia, más inversión productiva y menos populismo, más inversión social y menos lucha de clases, más seguridad real y menos premios absurdos a los criminales.

Ahora también se gobernará con renovado ímpetu desde las regiones frente al gobierno nacional. Aunque no todo sea color de rosa esta elección ha oxigenado a Colombia. Los elegidos deben ahora rodearse de gente competente y honrada que conozcan de los asuntos de su cargo, archivar el retrovisor que solo alimenta odios y mirar hacia adelante con ilusión y propósito de equidad, seguridad, prosperidad y bienestar. Es hora de unión para reconstruir lo destruido. La izquierda llegó al poder y no convence. Bienvenidos al nuevo escenario político colombiano. Hay esperanzas. Se debe trabajar sin descanso para procurar una vida mejor para todos.

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