Hoy cuando nos referimos a pandemia lo hacemos a la más reciente, porque no ha sido la única, la denominada Covid-19, la que se inició en China y se expandió como una plaga haciéndonos pasar por días sombríos casi apocalípticos, de mucha incertidumbre en los años 20 y 21 del presente siglo, además sufrimos el pesar por las valiosas vidas que se perdieron. Por lo que hoy ocurre se nos ha quedado en la memoria como un mal recuerdo.
La situación ha cambiado de manera notable y vivimos con mayor tranquilidad, todo gracias a la vacunación masiva que incluso en una temporada fue obligatoria con la intención de llegar muy rápido al mayor número de inmunizados. Esto nos ha conducido a suspensión de las medidas extremas que se hizo necesario adoptar en algún momento, así como otras igualmente beneficiosas como el uso de tapabocas. Pero esa misma tranquilidad nos ha llevado a los extremos de relajar las medidas de autoprotección que apenas son observadas de forma limitada en los centros de atención médica y muchos no completaron los esquemas de vacunación o no se aplicaron los refuerzos.
Las nuevas variantes y los brotes presentados en China siguen causando preocupación. A pesar de ello, las cifras son alentadoras e indican que esta pandemia en Colombia sigue en descenso. Según el informe del ministerio de salud de hace dos días, en el país hubo 1.558 casos positivos en la semana del 15 al 21 de enero de 2023 tras procesar 31.716 pruebas diagnósticas, esto es, 3.222 contagiados menos que en el informe de la semana precedente. Entre tanto, la cifra de fallecidos llegó a 142.486 durante toda la pandemia.
El ministerio anuncia también que “En este momento respecto a la transmisión de SARS-CoV2, el país está en zona de seguridad de acuerdo con los umbrales que se construyeron para el análisis, pero todavía lleva muy poco tiempo allí para poder asegurar si está en fase endémica o no” Es decir, estamos cerca de superar la pandemia y entrar en otra etapa, tal como ocurre con otras enfermedades infecciosas. Lo cual es una buena noticia.
Ahora la atención está centrada en aquellos que padecieron la enfermedad y sobre todo los que tuvieron mayor gravedad, con relación a las posibles secuelas que hoy todavía los pueden estar afectando. Es bien conocido el síndrome poscovid o efectos a largo plazo de la enfermedad que comienza su manifestación cuatro semanas después de haber contraído la infección y dura meses o años y puede causar diversos grados de discapacidad. Sus principales síntomas son sensación de fatiga, cansancio físico o mental, dificultad para respirar, tos y falta de aliento. También podrían presentarse síntomas neurológicos o alteraciones mentales, dificultad para concentrarse, dolor de cabeza, insomnio, dolores articulares, palpitaciones en el pecho y muchos más. Todos ellos requieren de atención y tratamiento.
El seguimiento médico hecho a los que lograron recuperarse tras haber sido contagiados con este virus ha podido establecer en una cohorte de Estados Unidos, estudiados un año después de haber sido diagnosticados que ellos presentan riesgo incrementado para padecer enfermedades cardiovasculares en una mayor proporción que los adultos controles sanos de similares características de edad y sexo.
Estamos cerca de dejar atrás esta pandemia causada por un virus que nos castigó muy duro y habrá de quedarse a convivir con nosotros.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion
