Cuando ya se creía superada la iniciativa de la convocatoria a una asamblea constituyente que llevaría camuflada la reelección presidencial, nuevamente surge el proyecto de esta discutida figura constitucional. La propuesta proviene de Isabel Cristina Zuleta López, senadora del Pacto Histórico, quien anunció que pronto la presentará al Congreso.
¿Cuáles son los argumentos de la senadora Isabel Cristina Zuleta? Que no es el presidente el que desea la reelección sino sus amigos políticos “para lograr algo de cambio”. Que hicieron “un análisis del concierto internacional y han revisado 197 países del mundo y 178 tienen la figura de la reelección y corresponde a gobiernos muy disímiles”. Son argumentos equivocados, porque si del cambio se trata ya sabemos que estos dos primeros años de gobierno no se hizo “algo de cambio” sino un desastre económico que tiene paralizadas todas las actividades económicas y comerciales.
Tampoco es argumento válido que como 178 países del mundo tienen la reelección nosotros deberíamos tenerla también.
Mejor hubiera hecho el examen de lo que ha sido la reelección en Colombia, por lo menos en el siglo XX, para delimitar el tema. Ya sabemos en qué terminó la extensión del periodo de general Rafael Reyes Prieto y las reelecciones de Alfonso López Pumarejo, el intento reeleccionista del teniente general Gustavo Rojas Pinilla que estaba en ejercicio presidencial, y la pretensión de Alfonso López Michelsen en 1982. Igual le hubiese ido a Enrique Olaya Herrera, si la muerte no se le atraviesa cuando ya tenía asegurada la candidatura reeleccionista.
Es verdad que la no reelección tiene más argumentos válidos que la misma reelección. En la Gaceta Constitucional No. 41 de 1991 se lee claramente cuáles fueron los argumentos de los constituyentes Carlos Lleras de la Fuente, Hernando Herrera Vergara y Antonio Navarro Wolf para sustentar la no reelección: Evitar la incidencia del presidente en el proceso de elección a este cargo y la instauración de dictaduras personalistas o la prolongación inconveniente del mandato democrático.
Además, la prohibición de la reelección permite una mayor participación de las fuerzas políticas y evita que el cáncer del clientelismo siga haciendo estragos en el país a través de unas expectativas permanentes de reelección. Muy lúcidos.
A manera de anécdota refiero que, en la Convención Liberal del 30 de junio de 1973, el expresidente Carlos Lleras Restrepo manifestó interés de reelegirse y fue derrotado por Alfonso López Michelsen, y López, ya en ejercicio (1974-1978) y para atajar esa candidatura reeleccionista, anunció la presentación de un acto legislativo para prohibir esta figura a partir del periodo siguiente al suyo.
Una forma muy elegante de negarla. La iniciativa no prosperó, por eso Lleras Restrepo aspiró de nuevo en 1978 y fue derrotado por Julio César Turbay Ayala, y López Michelsen aspiró a la reelección en 1982 y fue derrotado porque Carlos Lleras al apoyar la disidencia liberal de Luis Carlos Galán Sarmiento, la desbarató.
Afortunadamente la senadora Isabel Cristina parece que se quedó sola con su iniciativa, porque en apariencia el mismo gobierno nacional parece que tampoco la apoya. El exministro Mauricio Cárdenas Santamaría manifiesta algo preocupante: que otra forma de reelegirse es que el presidente no desembolse los recursos necesarios para para organizar el proceso electoral presidencial de 2026.
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