Nuestra historia está llena de anécdotas, narrativas e imaginarios que han ido consolidando la historiografía y por supuesto, los sucesos de mayor importancia en la vida misma de la nación. Una de esas fechas, es la que se conmemora el 7 de agosto de cada año. Muchos críticos dicen que solo representa honores a la guerra o batallas; sin embargo, el trasfondo de lo sucedido ese día ha hecho que cambie de manera directa el devenir de la patria, por ello, ese mismo día se determinó el acto de posesión del presidente de la República.
Pero, ¿qué fue lo que sucedió? El 7 de agosto de 1819 el Ejército Libertador, organizado y liderado por Simón Bolívar, y las tropas invasoras de la división realista española, quienes tenían como misión tomar el territorio de Santa Fe de Bogotá se enfrentaron en una batalla en tierra, hoy de Boyacá.
Como antecedentes tenemos que Napoleón Bonaparte destituyó al rey de España Fernando VII en lo que, históricamente, se conoce como las Abdicaciones de Bayona en 1808. En 1814 Fernando VII recuperó el trono y, con ello, el dominio de las tierras suramericanas, que habían optado por el autogobierno. El Ejército Libertador trató de impedir a toda costa el propósito del Ejército Realista, los rebeldes, ayudados por Francisco de Paula Santander y por el general José Antonio Anzoátegui, sumando un total de 2.850 hombres, los cuales eran en su mayoría neogranadinos y venezolanos, criollos, mestizos y zambos, a quienes los Realistas llamaban insurgentes.
Gracias a esta hazaña la Batalla de Boyacá significó un evento histórico que debilitó el poder español en Nueva Granada. La conquista de Boyacá puso en manos de patriotas neogranadinos y venezolanos el poder de la capital, Santa Fe de Bogotá. Este hecho abrió paso para la unión de la Nueva Granada con la Capitanía General de Venezuela, formando una sola nación llamada República de Colombia o Gran Colombia, como también se le conoce históricamente. A ella, posteriormente, se unirían Panamá, Quito y Guayaquil en 1821 y 1822. Por ello se establece este día tan importante para iniciar labores en la primera magistratura de la patria.
El primer presidente en posesionarse un 7 de agosto fue Carlos Holguín, quien ocupaba el cargo de ministro de Gobierno, pero que asumió la Presidencia luego de que Rafael Núñez renunciara. El Congreso eligió a Holguín, quien terminó el período de Núñez hasta 1892.
La fecha, además, está estipulada en la Constitución de 1886. Aunque no hay un artículo que especifique ese día como el día de la posesión de los presidentes, sí hay uno que indica que “el primer período presidencial principiará el 7 de agosto del presente año”, y a partir de ahí, se estableció así. En la Constitución de la Nueva Granada de 1832 se indicaba que el 1 de abril era la fecha en la que “el presidente y el vicepresidente electos entrarán en el ejercicio de sus funciones”. Francisco de Paula Santander fue el primero en posesionarse este día en 1833.
La ceremonia de posesión tiene un protocolo que se sigue cada cuatro años. Se hace durante una sesión del Congreso en pleno, por lo tanto, se inicia con el respectivo llamado a todos los congresistas. Una vez instalado el Congreso, suena el himno nacional. El presidente del Senado toma el juramento del nuevo mandatario y le impone la banda presidencial. Una vez esté posesionado, tomará el juramento de la Vicepresidencia. El nombramiento de los ministros y la posesión de sus cargos se hace en la Casa de Nariño una vez concluida la ceremonia. De la misma manera, se rinde juramento de obediencia por parte de todas las Fuerzas Armadas de la nación.
Así que mañana, además de conmemorar nuestra independencia, inicia la era de un nuevo presidente y quizás una nueva forma de gobierno que todos los colombianos esperamos, sea para bien y en democracia.