Las diferentes organizaciones ambientales a lo largo del mundo han establecido u campañas contundentes contra el mal uso del plástico. Un elemento que se ha hecho cercano a todos los hogares por cuanto no existe prácticamente ningún alimento u objeto material que no esté envuelto en este polímero. La revolución industrial marcó un avance significativo en el sistema de producción magnificando la operatividad de los procesos para la obtención de un mayor rendimiento y la sociedad pudo disfrutar de muchos avances a costa del deterioro del ambiente.
No se vislumbra solución a corto tiempo, al contrario el incremento del uso de plástico-donde más de 8.300 millones de toneladas han sido establecidas a nivel mundial- se evidencia en las noticias diarias. Dato inmensurable teniendo en cuenta que realmente el hombre lleva pocos años fabricándolo a nivel industrial.
Ya son comunes las noticias sobre ballenas que tienen en su estomago una cantidad de plástico que les hace enfermar gravemente, y observar con pavor la extracción del mismo, cuando el animal fallece por esta causa. Se ha vuelto tan cotidiano esto que la insensibilidad también parece haberse posesionado de las conciencias. Sin embargo, no toda posición marca esa tendencia. Existen numerosos grupos ambientalistas que luchan mancomunadamente para ofrecer alternativas de cambio.
Es loable en Colombia que dos senadores: Juan Carlos Lozada Vargas y Harry Giovanny González García, hayan presentado un proyecto de ley “Por medio del cual se regula la fabricación, comercialización y distribución de elementos plásticos de un solo uso utilizados para el consumo de alimentos y bebidas” y que tiene como objetivo que hacia el año 2025 esté implementado una política que tienda a la eliminación de este tipo de plástico. El reciclaje solo contempla a nivel mundial un 9%; la mayor parte simplemente se convierte en basura.
El proyecto que ya fue aprobado en primera instancia por la cámara, espera los demás debates de ese cuerpo legislativo y del senado. Cómo se dice en el argot popular; “Amanecerá y veremos”. Veremos unos empresarios que desgarrándose la investidura manifestarán que el daño ocasionado a la economía nacional es muy alto, que el incorporar las nuevas tecnologías será más costoso y por ende será necesario disminuir los puestos, trasladar ese costo al usuario y entonces los despidos serán multitudinarios, afectándose las clases populares .
Acoplásticos, ya emitió comunicado expresando estas inquietudes y explicando cómo los costos de los empaques con materiales sustitutos al plástico son al menos 2, 3, o incluso 10 veces más altos.
Sin embargo, no serán capaces de decir que se necesita una reforma en la estructuración de las empresas para que sean competitivas acorde a los nuevos estándares del cuidado del medio ambiente con la implementación de tecnologías que permitan la fabricación del plástico con una tasa de desintegración rápida en contraposición al plástico común. Empresas diversas ya han iniciado estos tratamientos, como por ejemplo una industria israelí que fabrica empaques de plástico 100% orgánicos. Otros alimentos se han venido trabajando para la fabricación de plástico, por ejemplo maíz, papa, yuca que tienen un tiempo mucho menor de descomposición. Es ahora imperativo que las grandes empresas tomen conciencia y sean acordes con la necesidad de salvar al planeta. Nosotros los ciudadanos tendremos que apoyarlos.