El petrodólar, nombre acuñado en 1973 por el profesor de economía de la Universidad de Georgetown, Ibrahim Oweiss, es un dólar estadounidense obtenido a través de la venta de petróleo.
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En Colombia ese nombre ha venido tomando fuerza por la relación entre el precio del petróleo y la cotización del dólar. Si baja el precio del petróleo sube la cotización del dólar y si sube el petróleo baja el precio del dólar, tal como ha sucedido esta semana. El miércoles el petróleo Brent se cotizó a US$106.95 el barril y el precio del dólar fue de $4.304, el jueves el petróleo se vendió US$103. 96 y el dólar se cotizó a $4.426.55.
Esta relación sigue creciendo en nuestro territorio, pues con base en las propuestas del gobierno del presidente Petro, la divisa americana se altera hacia arriba o hacia abajo. Esto es, tendremos petrodólar para rato.
A nivel internacional el petrodólar sigue impactando la economía, lo que ha llevado al presidente Joe Biden a buscar acercamiento con mandatarios con los que antes guardaba distancia. La semana pasada visitó a Arabia Saudí, segundo país productor de petróleo en el mundo, a donde llegó directamente desde Israel. Allí se reunió con el príncipe heredero.
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Este viaje, motivado por la necesidad de aplicar estrategias que contribuyan a reducir los costos del combustible, ha servido, además, para mejorar las relaciones entre Israel y Arabia Saudita. Aunque Venezuela estuvo entre los países productores de petróleo en conversaciones de acercamiento con Estados unidos, esta semana el presidente Biden firmó un decreto que incluye a Venezuela como país de alto riesgo para los estadounidenses.
Pero pese a las gestiones del líder de la primera potencia económica del mundo, la inflación mundial no da tregua, pues después de los ajustes realizados por la Reserva Federal (FED) y el Banco Central de Inglaterra, el miércoles el Banco Central Europeo (BCE) anunció que elevará nuevamente las tasas de interés. Esto lo hace después de 11 años. La subida de precios en Europa en junio llegó a 8.6% y en el conjunto de la Unión Europea subió a 9.6%, récords históricos.
No queda duda del peligro de una recesión mundial ante la pronunciada curva de precios y la necesaria reacción de los bancos centrales al subir las tasas de interés para tratar de controlar la inflación.
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