1.- Entre lo mucho que se ha dicho sobre la reforma a la salud, reforma que se hundió porque Petro perdió el respaldo de Santos, Samper y César Gaviria y de los partidos Liberal, Conservador y de la U –claves para que ganara la Presidencia–, deben explicar: ¿Quién faltoneó a quién? ¿Petro a sus grandes electores o sus grandes electores a Petro?
¿O no hubo acuerdos sobre el programa de gobierno –que nunca publicaron–, porque solo se acordaron en el reparto de los puestos y los contratos? Todos ellos, empezando por Petro, tienen la obligación moral de informar cuál es la historia. Y deben responder otra pregunta: siguiendo al FMI, ¿César Gaviria y demás grandes electores van a acordarse con Petro para reducirles sus derechos en pensiones a millones de compatriotas que ganan poco más del salario mínimo, así como en la reforma tributaria se unieron para aumentarles los impuestos a Ecopetrol y a la comida de los pobres?
2.- El colmo que Susana Muhammad y Gustavo Petro no les hubieran consultado a las comunidades afros lesionadas la conversión en base militar del parque natural Isla Gorgona, irresponsabilidad que llevó al Tribunal Superior de Bogotá –por tutela– a detener las obras de la base (ver enlace). ¿Y se dicen los voceros de los chocoanos, a quienes también maltrató Petro al no incluir el acueducto de Quibdó en su Plan de Desarrollo, negligencia que convirtió en demagogia de supuesta indignación?
3.- Avergüenza a los colombianos que el Presidente de Colombia sea capaz de decir que extraer petróleo y demás minerales “no es producto del trabajo humano, no es producción” y que, para extraerlos, “prácticamente, no se necesita ni el cerebro”. Cuánta soberbia, cuánta majadería.
Porque sin el trabajo de extraer y transformar minerales, no existirían la agricultura y la industria, las edificaciones y los transportes, las energías y los hospitales, los libros y la música, avances que, para orgullo de sus productores directos, demuestran el gran progreso civilizatorio de la humanidad. Y Petro no puede ser tan ignorante para no saber que en toda actividad petrolera, en especial en las refinerías de Ecopetrol, se concentra buena parte de los mayores avances científico-técnicos logrados en Colombia, avances que nos hacen cada vez más diestros en el cuidado ambiental. Cuánto irrespeta Petro el trabajo nacional. Debería pedir excusas públicas.
4.- Entre 1989 y 2002 fui uno de los dirigentes de una vigorosa organización de campesinos, indígenas y empresarios cafeteros, originada por diferencias con la Federación de Cafeteros. Y estuve 20 años en el Senado opinando con independencia sobre los asuntos del café y respaldando los reclamos de sus productores.
Hoy, por razones de principios, rechazo que Gustavo Petro insista en convertir a la Federación de Cafeteros en su organización de bolsillo, para hacer más clientelismo y lo que se le antoje con los recursos de los caficultores depositados en el Fondo Nacional del Café. Otra vez Petro, con su autoritarismo, decidido a someter a productores y trabajadores.
Y soy solidario con los reclamos democráticos de distintas organizaciones de caficultores al gobierno nacional el próximo 17 de abril.
5.- Como se demostró el jueves, crece y crece la unidad de la Costa Caribe contra las muy altas tarifas de la luz y demás abusos de Air-e y Afinia, producto de un negocio tan torcido, que llevan cuatro años manteniéndole sus secretos. Y crece porque los costeños entienden cada día mejor que deben unirse sin distingos, luego de concluir que Petro-Presidente tiene el propósito de no cumplir las promesas de Petro-Candidato. “Prometer para conseguir y una vez conseguido olvidar lo prometido”, dice la sabiduría popular.
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