“¿Qué es la vida? ¿Una ilusión, una sombra,
Que toda la vida es sueño, y los sueños
Sueños son”. Calderón de la barca.
El otro día Luis M. Román Mendoza, un periodista deportivo chileno remozó una vieja inquietud que yo había olvidado. El periodista ¿nace o se hace?
Antes, en este Departamento tan carlista y conservador, todas las familias señalaban a uno de los hijos varones para ser sacerdote.
Así que ser único en medio de hermanas, por sí, era el segundo fórceps. En los años 50s con el viaje de Laika a la luna se rompió ese esquema, entonces se podía ser astronauta u otro oficio sin causar escozor. Pero, ser periodista sin existencia de esa carrera académica, era como un sueño adolescente para quienes tenían otras querencias.
En el Colegio La Salle, mamaban gallo mis compañeros diciéndome que no podía ver una barranquita, porque me subía y echaba un discurso. La afición me nació de oír un programa dominical de Caracol, que recogía los mejores discursos del congreso en los tiempos del Frente Nacional y me encantaban los de Gilberto Álzate Avendaño, un Conservador de Los Leopardos. Mi padre que me controlaba hasta la respiración influido por sus amigos me obligó a estudiar Derecho cuando quería ser agrónomo.
De esas inquietudes de Bachillerato también me producía nostalgia el periodismo. Cursando cuarto de bachillerato en 1959 había fundado CENIT con Nelson Omar Contreras, Alberto Rosales y Mauricio Tawill, el Primer Periódico que hubo en el Colegio La Salle de Cúcuta, con un editorial de María Ofelia Villamizar Buitrago que explicaba el nombre y con los consejos del Decano Cicerón Flórez llegamos a seis ediciones.
Por ello creo que el periodista se hace, así no se persista, como en mi caso. En otros términos, quien sabe algo de periodismo es porque ha estado atado a un periódico, y recibir clases en un edificio que se llama facultad no hace periodista a nadie.
Ya en la Universidad, en los días del Externado de Colombia, nos metíamos a los linotipos del periódico La República donde Tulio Mario Torres Ramírez era Jefe de Corresponsales Departamentales y toleraba nuestra presencia. Silvio Villegas el Leopardo era el Director y solo verlo llegar infundía veneración.
Por estas reminiscencias, recuerdo hoy la frase de Oscar Domínguez cuando se inició en Medellín por los años 60s y se fue a Bogotá a estudiar periodismo. Su Padre le espetó: ¿y es que eso, ahora lo enseñan?
Adenda: Paradójico, los periodistas Silvio Villegas y Álvaro Gómez Hurtado nunca ejercieron el poder, pero han sido los dirigentes que más han gobernado este país.