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Otra vez subió el pasaje. ¿Por qué no se hizo bulla?
La Encuesta Pulso Social, publicada el pasado mes de diciembre por el DANE, dice otra cosa. En el Área Metropolitana de Cúcuta el 42,2% de las personas se movilizan en servicio público
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Miércoles, 22 de Marzo de 2023

El profesor y economista Leopoldo Fergusson suele decir que en Colombia hay ciclos viciosos de los que es difícil salir, pues existe una baja oferta y, a su vez, una baja demanda de bienes públicos.

Un ejemplo de esto es el servicio público de transporte del Área Metropolitana de Cúcuta que lo ejercen empresas privadas. Ante la baja oferta del servicio de transporte y su insuficiente calidad, las personas que tienen los medios económicos deciden comprarse una moto o un carro. De esta forma, solucionan un problema que las autoridades locales no han querido entrar a resolver. Sin embargo, esto genera otros problemas, como el aumento de accidentes de tránsito, la congestión vial, la contaminación ambiental y, en especial, la disminución de las personas interesadas en que la ciudad cuente con un buen servicio público de transporte.

Podría pensarse que son pocas las personas que se movilizan en el transporte público de la ciudad y que esa sea la razón por la cual nadie brincó con el aumento de la tarifa que se cobra en las busetas y taxis. Pero no es así.

La Encuesta Pulso Social, publicada el pasado mes de diciembre por el DANE, dice otra cosa. En el Área Metropolitana de Cúcuta el 42,2% de las personas se movilizan en servicio público. Eso significa que el aumento de la tarifa afectará a casi la mitad de las personas que viven en esta región del departamento.

¿Y por qué no se escucha a esa mitad de la población haciendo bulla sobre este tema? Hay dos posibles razones y es probable que ambas se complementen. La primera indica que este tema no le interesa a quienes tienen una representatividad en la ciudad y pueden ejercer un control visible sobre esta medida, pensemos en los concejos municipales. La otra razón es que la voz de los afectados por el incremento de la tarifa y por la baja calidad del servicio público de transporte es muy dispersa como para que sea escuchada por las instituciones.

Leopoldo Fergusson dice que estos ciclos viciosos generan trampas porque la oferta y la demanda de bienes públicos se van disminuyendo cada vez más. Pero también plantea que la clave para salir de este círculo en el que hay una baja oferta y una baja demanda de bienes públicos es un “gran empujón” que puede venir de las instituciones o de la misma ciudadanía. Y ahí es donde los liderazgos importan.

Las instituciones pueden liderar procesos abiertos en los que la discusión se centre en los beneficios de la comunidad en general, pero este no parece ser el caso de las actuales administraciones del Área Metropolitana de Cúcuta.

Por esto, resulta clave que los empujones que da la ciudadanía para tener un mejor servicio público de transporte y que usualmente no se escuchan (porque su voz es muy baja o porque están dispersos), se canalicen en participación y representatividad. Ganando espacios, se podrán ejercer y fortalecer los controles que en estos últimos años no llegaron, de quienes tenían la obligación y prefirieron callar.

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