El partido Nuevo Liberalismo, como movimiento político y colectividad, ha tomado la decisión de asumir una postura independiente frente al gobierno del presidente Gustavo Petro.
Hemos construido esta decisión de manera consciente, después de reflexionar profundamente sobre la necesidad de que nuestro país tenga un acompañamiento político suficiente en las transformaciones y reformas que Colombia requiere para ser justa, equitativa y superar la desigualdad de oportunidades e injusticia social que nos agobia.
Sin embargo, seremos independientes para hacer oposición cuando sea necesario, no dudaremos en señalar o cuestionar las actuaciones del gobierno y la eventual vulneración de derechos fundamentales como, por ejemplo, el derecho a la propiedad privada. Desde la evidencia, en forma constructiva y no desde ideologías, dogmas o relativización de la verdad, sin ataques personales; haremos control político y presentaremos propuestas para la solución de los problemas que padecen los colombianos. Nuestro legado histórico como colectividad, siempre será cambiar la manera de hacer política. El clientelismo es un yugo que destruye la libertad política, nos cuesta entre el 5 y el 8% del PIB, produce violencia y nos impide modernizarnos como sociedad.
Vamos a ser especialmente vigilantes con la propuesta de paz total, ante eventuales procesos de negociación con grupos armados ilegales y sus consecuencias en la lucha contra las organizaciones criminales ligadas al narcotráfico y a las demás rentas ilícitas como el contrabando, el despojo de tierras, la minería criminal, la trata de personas, la corrupción y la extorsión. Creemos que la presencia integral del Estado y la innovación son fundamentales para el éxito de una transformación en la política de seguridad, enfocada en salud pública, integral, interagencial, soportada en políticas públicas robustas y con visión de mediano plazo. Es hora de que la política criminal se construya desde la política social, y superar la judicialización de la conflictividad social, el populismo penal y penas sin sentido de resocialización.
Apoyaremos iniciativas de paz que tengan como prioridad a las comunidades víctimas de la guerra por las drogas y no simplemente resolverle el problema judicial a sus victimarios o estructuras criminales que inevitablemente serán recicladas sin una política de regulación estatal para todas las sustancias ilícitas.
Le damos la bienvenida a la voluntad política del presidente Petro de buscar reformular la política de drogas y salir de una receta política prohibicionista, fracasada y que le ha costado sangre, violencia y corrupción a nuestro país durante más de cinco décadas. Colombia debe mantener la política de extradición con Estados Unidos y otros países sin extraditar la verdad y la plata de los narcotraficantes. Impulsaremos la regulación del uso adulto del cannabis. También proponemos regular los usos ancestrales, nutricionales y medicinales de la hoja de coca.
Por eso el Nuevo Liberalismo será independiente frente al gobierno para apoyar una agenda democrática de transformaciones, pero ejercer también un riguroso control a sus políticas. Si al nuevo gobierno Petro le va bien, a todos los colombianos nos irá bien.
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