No sabemos, cuántas sorpresas más tendremos en materia de movilidad en lo que resta del año por parte de la administración y me podría adelantar un titular de prensa del 2050: “Lo mejor de la movilidad: los carreteros”, luego de ver el inmenso crecimiento de la informalidad que día tras día se toma las principales arterias de la ciudad, sin que importe a los responsables del espacio púbico y de la movilidad.
El universo de carreteros está compuesto por tres actores. El primero, abarca un grupo de personas que, sin importar la prohibición de usar altoparlantes, ofrecen productos perecederos, transitan en contravía y ocupan uno de los carriles que quedan para transitar, aunque está visto que cuando pasan sobre la Avenida 4 entre calles 8 y 9, pues nada que hacer, porque el carril del lado derecho, está ocupado por la informalidad de vehículos que prestan servicio ilegal colectivo y su destino principal, es la Ciudadela de La Libertad. El carril del lado izquierdo, está previsto como cicloruta, aunque la misma es tomada por conductores de motocicleta y el carril central, es la única opción de los carreteros que lentamente avanzan ofreciendo sus productos, así no le guste al resto de conductores.
El segundo actor, es una persona que ofrece escobas, traperos, limpiadores de telarañas, platones de todos los tamaños y muchos artículos utilizados para la limpieza. Esta persona utiliza un “triciclo” cuyas dimensiones superan un automóvil de baja gama y dado que es empujado por su propietario, su marcha es lenta y para completar, utiliza el carril izquierdo que se presume es para velocidad rápida razonable dentro del perímetro urbano y las vías que el vendedor ha escogido para sus promociones son las calles 9, 10 y 11 desde su inicio hasta donde terminan, total, que la afectación a la movilidad es alta, pero infortunadamente las autoridades son miopes frente a la situación.
Los terceros actores, son las personas que realizan la importante actividad de reciclar. La gran mayoría, lo hacen caminando llenando sus bolsas para ser entregadas en los puntos en donde les compran lo recogido, pero existe un ciudadano que realiza la actividad en una inmensa canasta montada sobre una liviana estructura de tubo metálico en dos ruedas grandes. Tiene aproximadamente dos metros y medio de largo por un metro y cuarenta centímetros de ancha, dimensiones que lo acercan a una camioneta de platón y para agravar la movilidad, se desplazan por el carril derecho, motivo por el cual, impacta duramente a los conductores que debemos soportar la pésima sincronización semafórica.
La verdad, pareciera que estuviéramos soñando y hubiésemos retrocedido en el tiempo o quizás, soy uno de los ciudadanos que no entiende que la visión de la administración de la ciudad, está enfocada a estimular todas la formas existentes para entorpecer el avance vehicular y no me sorprendería que se invente un concurso que apunte a seleccionar las formas que más reduzcan la movilidad, sumado a la cantidad de estorbos que ha instalado y que nadie sabe cuál es su importancia, como por ejemplo lo que ordenó hacer sobre la calle 11 entre Avenida Cero, intersección Diagonal Santander. Esa eliminación de carriles debiera presentarla en un concurso internacional y no sorprendería que dijera a los medios, que esa brillante idea, quedó de finalista junto con la de permitir carreteros por las vías arterias.