“Dura lex, sed lex”
El 10 de marzo del año en curso se vencerían los términos para que “Tu Kanal”, propiedad de Claro, uno de los canales locales de Televisión de Cúcuta y operado por Gold Berry S.A.S rectifique. O para el director del Programa que entrevistó y toleró al actor Gregorio Pernía en su explosión de injurias e inexactitudes “a sabiendas”- por sus records anteriores- como protagonista, y que dan fe en la reportería de calle.
El actor en trance de activista político, ya había vituperado a candidatos presidenciales, a las autoridades departamentales de Norte de Santander, a las del Municipio de Cúcuta en forma descomedida, y a personas naturales y sus familiares y niños. También contra las personas jurídicas, o a grupos de personas, a quienes protege la Ley 182 de 1995 o Ley marco de la Televisión Colombiana.
Efectivamente el artículo 30 dice que el Estado Garantiza el Derecho a la rectificación a toda persona natural o jurídica o grupo de personas, cuando se vean afectadas públicamente en su buen nombre u otros derechos e intereses, por informaciones que el afectado considere inexactas, injuriosas o falsas trasmitidas en programas de Televisión cuya divulgación pueda perjudicarlos. Y los grupos de personas, quienes adherimos y apoyamos la elección del Señor Alcalde, también nos sentimos injuriados.
Sabido es que a la Televisión Local, la Comisión Nacional de Televisión la definió bajo dos modalidades: Sin ánimo de lucro y con ánimo de lucro. Tu Kanal es un canal de nivel local sin ánimo de lucro (Art. 37) con trasmisión extendida al área metropolitana de Cúcuta y en disponibilidad por cable, operado por una sociedad comercial. Advertimos que la Comisión Nacional de Televisión al único canal que autorizó bajo la modalidad “con ánimo de lucro” fue City tv en Bogotá.
Las anteriores consideraciones las traemos en estos momentos en que la comunidad norteña está sumida en la intranquilidad que ha generado la más absurda de las polarizaciones personales del poder. Y ahora las polarizaciones de las subdivisiones de las alternativas del cambio, que en lugar de atraernos, se muestran tanto o más agresivas que las que queremos destituir. Y el cambio que queremos, debe penetrar por las formas más elementales de la convivencia, que son los buenos modales. Los jóvenes los están burlando y sin ruborizarse, pasan a la ordinariez y al filo de lo delictual, la injuria, las inexactitudes, el asalto subrepticio a los edificios públicos, por las ventanas y las claraboyas, el vocabulario soez y el acoso no solo en la calle, sino en los radio estudios y en los sets de televisión y eso no es bueno. Nosotros, en la región, desde siempre hemos sido mejores.
Si se diera el imperio de la ley, por los concesionarios y periodistas de la radio y la televisión, ello no sucedería. El contrasentido es que lo estimulen deformando los espacios de esta maltrecha democracia, que está superando una vieja violencia, para entrar a una nueva que promete ser muy sofisticada y más destructiva adobada por la tecnología.
Adenda: Que bueno que los empresarios y los periodistas de la Radio, también reflexionaran sobre su estatuto marco: La Ley 1341 de 2009 Artículos 56 a 73 que incluye las rectificaciones y sanciones aun por simple inexactitud.