Como todos sabemos, Shakira, quien es una artista colombiana de mucho éxito, se encuentra en estos momentos en la palestra de los medios, tanto oficiales como sociales, debido a un fracaso en su vida matrimonial.
Debo empezar por afirmar que prefiero otros estilos musicales, lo que no tiene nada que ver con su calidad, y más bien, me alegra ver que una persona con trabajo, dedicación y mucho esfuerzo, haya podido alcanzar el éxito profesional que bien merecido se lo tiene. Pero hoy en día no es noticia por una composición maravillosa o un espectáculo en el Superbowl, sino porque después de caer en un abismo sentimental, se está levantando anímicamente ysacándole provecho a la desgracia.Este es el mejor ejemplo de lo que se conoce como RESILIENCIA.
La resiliencia es una estrategia psicológica que se promueve en todas las charlas de autoayuda o de superación personal, que consiste en desarrollar la capacidad de enfrentarse a los malos momentos, sufrirlos, aceptarlos, superarlos y empezar de nuevo o, como en este caso transformarlos en algo relativamente positivo.
Podemos imaginarnos lo que una mujer enamorada debe haber sufrido luego de todo eso que cuentan las redes chismosas, qué, sin importar quien tenga la razón, o los motivos que impulsaron a Piqué para abandonar a su mujer, no es ningún secreto que él ha sido poco discreto y por lo tanto, nada respetuoso con su señora esposa y sus hijos, de manera que Shakira debe haber pasado por periodos dolorosos, frustrantes y sobre todo inesperados.
Aunque uno no lo quiera, es imposible no haber seguido de alguna manera todo ese proceso. Qué va a suceder con la plata, o mejor dicho, con la gran fortuna de la cantante, con la custodia de los hijos, con los negocios de Piqué y el capital de Shakira, etc. De manera que muchas personas se identificaron enseguida con la dama enamorada y odiaron rápidamente al marido traidor, algo que seguro también puede suceder en nuestro edificio o vecindad, pero que no conlleva el menor interés porque no son famosos, y definitivamente es mucho más rico hablar de la cantautora y el futbolista.
El punto en concreto es que, una vez llorado el desengaño y vislumbrada la calma luego de la tormenta, los pensamientos empiezan a cambiar, y la cabeza de Shakira se pudo haber llenado de verdades como “yo soy famosa y exitosa”, “esto ya me ha pasado antes y sobreviví”, “pues si esto se acabó, se acabó y punto, a seguir adelante”, es decir, pensamientos funcionales y adaptativos transformando todo eso en lo que mejor sabe hacer, otra canción.
Sus seguidores la apoyaron de inmediato, se desahogó con una melodía, dijo lo que sentía con ironía y con cierta venganza justificada, su público disfruta de tenerla de vuelta y, sobre todo, ha dado un ejemplo vivo de levantarse y continuar con su vida después de semejante caída.
Sin embargo, no todos creen en la resiliencia, por lo tanto, hay quienes comienzan a criticar esas conductas, manifestando que los hijos sufren, que lo que busca es más plata (como si le faltara), que ella no escribió la canción, y muchos otros argumentos, dando a entender que las personas deberían mantener su dolor eternamente sin buscar las estrategias necesarias para volver a la normalidad, pero corriendo el riesgo de desplazar la tristeza hacia las drogas, depresión o suicidio.
Así que, como ya lo dije en un principio, no soy seguidor de la artista ni de sus canciones, pero definitivamente, en estas conductas curativas del alma, al César, lo que es del César.