Es claro el foco del gobierno y de la nueva ministra Martha Carvajalino en la reforma agraria. Son muchos los sectores donde los campesinos requieren más tierra para poder cultivar o poner a pastar sus semovientes. Esta nota es en parte un extracto de la ponencia presentada por el suscrito en Francia, en la reunión anual de Julio de este año.
Unas 300.000 familias producen leche en Colombia entre especializadas y doble propósito; se estima que el 60% de estas familias están bajo el nivel de pobreza; esto causado por una baja productividad que se suma al muy pequeño tamaño del 50% de los predios que solo tienen 5 hectáreas.
El estimado para sobrepasar el nivel de pobreza son 100 litros día o 3.000 al mes que a 1.800 pesos da un total de ingresos de $5,4 millones de pesos mensuales que con un costo del 50% (incluido el costo de capital y el capital del crédito) le dejaría a cada familia campesina en el corto plazo 2.5 salarios mínimos/mes por mano de obra; esto por arriba de los 1.4 smlv de la línea de pobreza, indicando su salida de este estado de postración.
Pero para producir esos 100 litros al día se necesitan 14 vacas en ordeño bien alimentadas (un promedio de 7 litros, que es bajo pero adecuado para una etapa inicial) y con suficiente agua, y un total de 28 UGGs (Unidad de Gran Ganado que significa el equivalente a una vaca adulta) que, en promedio de una finca sembrada adecuadamente en pasto, sería de 10 hectáreas cómo mínimo.
Es decir, aquí la reforma agraria debería llegar a esas 150.000 familias con la entrega de 750.000 hectáreas adicionales para sacar a 750,000 personas de la pobreza. Cada familia debería acceder a un crédito blando de unos $20 millones a largo plazo (7-8 años) y con un periodo de gracia de mínimo la mitad de la vida del crédito para lograr transformar sus fincas y dejar el pancoger atrás como su forma de supervivencia.
El objetivo de ese crédito es la transformación de la finca resumido tres objetivos: un pozo de agua suficiente para su uso doméstico, bebedero para el ganado y riego para la finca; división adecuada de la finca en potreros para poder aprovechar mejor el pasto; y finalmente para resembrar la finca en pasto. En 5 años de iteración y mejora de la finca el promedio de leche podría subir a más de 9 litros, es decir 30% más de ingresos.
Esta suma total de crédito es significativa, 3 billones de pesos en total para todas estas familias; pero es el 0,5% de la cartera nacional del sistema bancario, y no habría que desembolsarlo todo en un solo año. Las hectáreas a comprar si representarían la mitad del objetivo de este gobierno en materia de reforma agraria, pero también podrían plantearse en varios periodos presidenciales. Las garantías para los bancos deben venir de los contratos de venta o del fondo de garantías creados para ello,
El siguiente rubro del apoyo a la reforma agraria es el más crítico: la asistencia técnica que por ganadero puede llegar a $4 millones por año, pero sin la cual los números anteriores no son más que las cuentas de la famosa “lechera”; una reforma agraria sin asistencia técnica, crédito e insumos adecuados no será más que fuente de frustración para los receptores de la tierra.
Sí, $4 millones por 150.000 fincas sobrepasa el medio billón de pesos por año, pero es un tema integral que en el mediano plazo podría salir en parte del aumento de la productividad y por ende del ingreso en las fincas, pero no al inicio.
Con estos aumentos en productividades una parte pequeña de los ingresos deben ir a un fondo exclusivo para substituir importaciones o promover exportaciones que le den salida a los millones de litros diarios adicionales aportados por estas familias; ellas nos llevarían a la autosuficiencia lechera y luego a una economía exportadora.
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