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La Constitución fallida
La elección de los Consejos de la Juventud debe ser más visible, con animación que muestre su importancia.
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Domingo, 12 de Octubre de 2025

No queda margen alguno para descocer la desigualdad en el desarrollo social de Colombia. La división clasista ha propiciado esa situación

con sus inexorables secuelas. Es una especie de savia que lleva a la exclusión, a la discriminación de todo tipo y a las decisiones erráticas en lo público por el predominio del interés particular y la imposición de privilegios. La pobreza en que vive un alto porcentaje de la población del país es reflejo de tal encrucijada. Los sectores dirigentes que han tenido el manejo del poder han consentido el sistema a pesar de sus efectos negativos.

Los intentos de corregir ese tejido clasista de la sociedad colombiana han tenido resultados precarios, así se prediquen logros de prosperidad. La desproporción en la propiedad de la tierra lo demuestra.

Con todo, es radical la preservación de los factores que son soporte de la desigualdad.

Con la expedición de la Constitución de 1991 se hizo una apertura de gran avance en la perspectiva de fortalecer la democracia y disminuir el nivel de statu quo. Se consagró el Estado social de derecho y se acogieron derechos fundamentales de alcance general.

La Constituyente que probó esa Carta lo hizo con espíritu democrático, por encima del régimen conservadurista que le ha dado soporte a la institucionalidad nacional. Pero los Congresos que siguieron no han sido consecuentes con esa concepción y han actuado como una corriente retrógrada.

La Constitución requiere nuevos desarrollos para el cumplimento de los principios que la nutren. Y no ha sido posible que así se haga. Las bancadas mayoritarias se han opuesto a reformas prioritarias, pensando en el beneficio de sectores empresariales y no en el bienestar colectivo. Así se ha congelado la posibilidad introducir una nueva dinámica en la existencia de la comunidad nacional. Por ese el gobierno ha promovido la convocatoria a la movilización del pueblo para que conforme a disposiciones constitucionales le abra espacios a las reformas que se requieren. La mala voluntad de los congresistas de la oposición se volvió recurrente en la negación de iniciativas llamadas a mejorar las condiciones de vida de las comunidades que tienen necesidades insatisfechas de tiempo atrás.

El recurrente ausentismo de los congresistas, su estrategia de hundir las iniciativas en trámite, o negarse a debatirlas va contra la nación en general y por consiguiente hay que salirle al paso a tales artimañas, que son prácticas de la vieja política. Si una Constituyente en los términos consagrados por la ley es el remedio, que se aplique dentro de las condiciones de la legalidad. Y así se le da vida a la Constitución de 1991 y se le rescata en beneficio de todos.

No se debe consentir la frustración de la Constitución de 1991y por consiguiente deben emplearse todos los recursos que garanticen el cumplimiento de sus normas a fin de que no se convierta en algo fallido, como lo quieren quienes buscan que Colombia no salga del atraso a que la han llevado los que lideran la pobreza, la violencia, la corrupción y el desastre climático.

Puntada

La elección de los Consejos de la Juventud debe ser más visible, con animación que muestre su importancia.

ciceronflorezm@gmail.com


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