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La acumulación de males
Muchas garantías de protección no se cumplen.
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Domingo, 25 de Agosto de 2024

Con la permisividad crónica de muchos de los que han tenido el manejo del poder en Colombia se han acumulado problemas de alto impacto en la nación. El Estado, como institución rectora de la comunidad ha carecido de la dinámica generadora del bien común. Se ha configurado su ausencia recurrente, aprovechada en función del interés particular, proclive a la exclusión y a los beneficios ilícitos. Ese privilegio ha dado paso al statu quo y por consiguiente este promueve resistencia a cualquier cambio que busque la ruptura con el atraso y el entramado de la desigualdad.

La Constitución expedida por la Asamblea Constituyente de 1991 fue pensada con una concepción progresista. Se dio un salto relevante en la consagración de derechos sociales, como expresión de la democracia. Sin embargo, se ha mantenido cierta opacidad en su aplicación. La norma según la cual Colombia es un Estado Social de Derecho se ha quedado como un saludo a la bandera. La realidad es distinta a lo expresado en la Carta, dadas las brechas existentes por la división de clases. Lo cual tiene evidencia en las relaciones de distinto orden. Hasta la administración de justicia lleva ese sello de la desigualdad.

El feudalismo predominante en la tenencia de la tierra en Colombia es una barrera significativa contra la equidad. El abuso de poder ha dado lugar al despojo de predios a los campesinos sin protección. El peso de las violencias de diferentes vertientes da lugar al desplazamiento muchas veces irreversible. En esas circunstancias la tierra pierde su función productiva, en perjuicio de la economía y de la estabilidad de un numeroso sector de la población. Ese deterioro tiene repercusión generalizada en el país, pero es como si su gravedad no fuera tomada en cuenta, a pesar de sus implicaciones.

Entre los problemas que acentúan saldo negativo en la vida de los colombianos está el abrumador déficit en el servicio de agua potable. Un alto porcentaje de la comunidad carece de ese beneficio. Es grande la falta de acueductos y la opción es el consumo de agua sin el adecuado tratamiento. Es un surtidor de enfermedades, con reconocimiento, pero sin solución. En el campo laboral también hay desajustes que deterioran las condiciones de trabajo. Muchas garantías de protección no se cumplen. Fallan así mismo la seguridad social y las prestaciones básicas, o la remuneración está por debajo del rendimiento. Y en no pocos casos hay subestimación al talento creador.

En educación y en salud las cosas son de cuidado. Se está por debajo de las demandas y esto aumenta la suma de atraso en el desarrollo del país. Es un factor de frustración para muchos y la juventud sufre la falta de oportunidades y en la población se generalizan las enfermedades, mientras los tratamientos se debilitan.

Y no faltan los problemas ambientales, a los cuales se agregan los más devastadores como la corrupción y la violencia generada por la red de grupos armados dedicados a la criminalidad en todas perversas versiones.

Es a toda esa caudalosa corriente de adversidades que los colombianos deben salirle al paso mediante acciones militantes y de contenido democrático. Por encima de quienes se aferran a más de lo mismo.

Puntada
Hay que convertir el Catatumbo en una causa regional en la perspectiva de la paz y del desarrollo que saque a la subregión de los laberintos que le han impuesto los violentos con ayuda de las mafias.

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