Frecuentemente proponen eliminar el impuesto de renta de las personas y que se eleve la tarifa del IVA para compensar la caída en los ingresos fiscales que sería de menos del 1 por ciento del PIB.
Los proponentes dicen que la progresividad se obtendría haciendo que el gasto sea muy progresivo.
En Colombia no hay garantía de que funcione en primer lugar por el clientelismo, por la “mermelada”, y por la misma composición del gasto que incluye el sostenimiento de una burocracia parasitaria y subsidios para ricos como los del ministro de Agricultura.
El impuesto a la renta es importante porque le puede dar progresividad al régimen tributario.
La comisión de expertos tributarios dice en su informe, una guía indispensable para orientar la reforma que se llevará al congreso, que el centil más alto obtiene el 20,5 por ciento del ingreso total en Colombia, del que solamente se grava el 11,8 por ciento.
Los impuestos de renta que efectivamente pagan los más ricos son relativamente bajos, 11% del ingreso del 1% más rico y 4% del nivel del más alto (0,1%). La progresividad del impuesto de renta en Colombia casi no es perceptible.
La comisión de expertos dictamina que la causa de esto son las exenciones, los ingresos no constitutivos de renta, los no gravables y otros beneficios.
Las rentas de trabajo tienen beneficios especiales entre los que se destacan la exención ahora constitucional del 25 por ciento de las rentas de trabajo, los aportes a fondos de pensiones y las pensiones.
Las rentas de capital se benefician principalmente por los dividendos, que son ingresos no constitutivos de renta, y el componente de inflación de los rendimientos financieros que no constituye renta ni ganancia ocasional
Por otra parte la comisión se queja de que el recaudo por concepto del impuesto personal de renta es muy pobre.
Para remediar esta situación el informe ha propuesto regímenes diferentes para las rentas de trabajo y otras de diferentes fuentes. Sugieren que se modifiquen las tarifas para cinco rangos de ingreso y que los contribuyentes comiencen a pagar a partir de $1,5 millones de ingresos en el año (hoy es a partir de $3 millones).
Este cambio aumentaría el número de personas que tributa de algo más de 1,82 millones en la actualidad a 4,82 millones de personas, dejando por fuera al 80 por ciento de la población.
Para aumentar el recaudo y mejorar la progresividad se propone que los beneficios aplicables para reducir el impuesto efectivo no superen 35 por ciento del ingreso por rentas de trabajo.
Para las otras rentas, no deberían superar el 10 por ciento de estos ingresos y conviene establecer un límite absoluto de $127,26 millones al valor de los beneficios, lo que juega a favor de la progresividad. Pero el informe no incluye en este límite la parte inflacionaria de los rendimientos financieros, los dividendos y la parte no gravada de los beneficios, que benefician a las personas de mayores ingresos. Adicionalmente se propone un régimen nuevo para gravar las utilidades empresariales, las ganancias de capital, los dividendos, y elevan en un punto la renta presuntiva, todo lo cual tiene impacto sobre el impuesto de las personas. (Sigue el análisis en futuras entregas). (Colprensa)