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Hoy, San Valentín
Hace años hablaban del día de los novios, y lógicamente sólo la celebraban los que para esa fecha septembrina estaban ennoviados.
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Martes, 14 de Febrero de 2023

El palo no está para cucharas, dicen los que saben de esas cosas, es decir, los carpinteros o los cuchareros. La situa está difícil y el mínimo no alcanza ni para comprar lo mínimo. Y por lo tanto, las novias, las amantes, las que esperan algo de su ser amado hoy, Día de San Valentín, patrono de los enamorados, es mejor que no se hagan ilusiones.

Hago esta breve introducción para prevenir a quienes anteriormente celebraban con bombos y platillos otra fiesta de los enamorados. Otra fiesta, porque en septiembre es la fecha tradicional para cantarle al amor y demostrar con regalos el tamaño de ese amor, pero el comercio se da sus mañas para meternos por los ojos otras fechas, que no debemos dejar pasar por alto, y así viven inventando cosas.

Hace años hablaban del día de los novios, y lógicamente sólo la celebraban los que para esa fecha septembrina estaban ennoviados. Faltando dos o tres días, surgía una pelea, una escena de celos o por cualquier motivo había furrusca amorosa. Hábil estrategia para no dar ese regalo ese día. Ni siquiera un helado.

Entonces los comerciantes dijeron: “Inventemos otra vaina más productiva”. Y le cambiaron el nombre a esa fecha. “Día del Amor”, dijeron. Así involucraban a marido y mujer, a padres e hijos, a los suegros. La cosa mejoró, pero las agallas siempre viven abiertas. Y fue cuando le añadieron: “Y de la amistad”.

Quedó, pues, algo más rentable: “Día del Amor y la Amistad”, que incluía a los amigos.  Los regalos, los detalles, las cenas, los discotecazos aumentaron. Algunos protestaron por aquello de que “amigo, el ratón del queso”. No obstante, la costumbre se impuso. Y los almacenes, los restaurantes, las floristerías, los serenateros salieron ganando. Y hasta le añadieron una trampita, la del “amigo secreto”, cuyo único fin es obligar a que “alguien” –no se sabe quién- nos dé un detallito. “Cualquier cosa es cariño”, dicen.

Sin embargo, el comercio no estaba satisfecho. Así introdujeron a nuestro calendario, una celebración que era completamente ajena a nuestras costumbres. Buscaron entre los santos y santas del cielo, un nombre que tuviera que ver con los enamorados y se toparon con el bonachón del Valentín, un cura romano (en época de emperadores) que casaba a escondidas a los soldados, lo que estaba prohibido por el emperador, porque el matrimonio dizque debilita el patriotismo. Cuando el emperador Claudio II se enteró de que el cura Valentín le estaba desobedeciendo, lo mandó apresar y decapitar. Por este hecho, la Iglesia católica lo santificó y poco a poco fue resultando patrón de los enamorados.

En algunos países de Europa y en Estados unidos la festividad fue tomando fuerza, no así entre nosotros, que seguíamos con la fecha tradicional del segundo sábado de septiembre (siempre que coincida con el pago de la quincena). Pero lenta e imperceptiblemente nos la han ido metiendo –la fecha- y hoy por hoy el comercio se nutre del enamoramiento humano.

Y aquí vuelvo al comienzo: El palo no está para cucharas. En lugar de llevarle serenata a la amada, tocará mandarle un audio con las canciones favoritas. En lugar de celebración con champaña y torta, buenos son los pastelitos de garbanzo. En vez de ramos de flores, una flor de caracucho que cualquiera se roba del jardín que da a la calle. Y así la celebración no sale tan costosa. ¡Ojo al parche!

Ñapa: Hoy cumple años la doctora Cristina Ballén, educadora, académica, empresaria y noble matrona. Muchas generaciones pasaron por su colegio. ¡San Valentín sabe cuánto la queremos!  

gusgomar@hotmail.com

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