Aunque existe un convenio del uso del Asbesto que data desde 1986 que habla sobre las condiciones de seguridad, la mayoría de países lo está eliminando totalmente y entre estos se está adhiriendo Colombia.

Con la aprobación de la ley Ana Cecilia Niño y la votación del pasado mes de junio en la plenaria de la Cámara nuestro país ha dado un paso de avanzada en la protección del ciudadano. Sabemos muy bien que este elemento químico es altamente cancerígeno y que ha ocasionado  más de 1,700 muertes en los últimos cinco años.

Ana Cecilia Niño fue una de ellas, periodista de profesión, a los 38 años ya diagnosticada con esta terrible enfermedad ocupó el resto de su corta vida a luchar porque en nuestra nación se prohibiera el uso del Asbesto, presente en muchos productos como el cemento, tejas, mosaicos, pastillas de frenos; entre los más comunes.

A niño, el hecho de vivir en la población de Sibaté ,(Cundinamarca), al lado de una fábrica que utilizaba este elemento le marcó el destino desde su infancia. En 2017 fallece y dos años después de inquebrantable lucha en el Congreso liderada por Nadia Blel, autora del proyecto, y la incondicionalidad del joven Mauricio Toro que obtuvo desde ya un gran éxito ante la ciudadanía por  obtener modificar la ley hacia  eliminación total del asbesto.

 A partir de 2021 debe entrar en vigencia, luego que se concilien algunas diferencias entre senado y cámara con relación a varios artículos. Pero la línea del éxito ya está cruzada y sería de insensibles e inconscientes  que se le colocaran trabas. Por el bien de todos nuestros compatriotas, por el bien de nuestra nación que debe dirigirse a un desarrollo sostenible donde las potencias empresariales modifiquen su estructura de fabricación y elaboración de productos lejos de todos los contaminantes químicos y asuman con sentido de responsabilidad ese propósito. 

No podemos dejar a la naturaleza sola con su  capacidad de resilencia .Tenemos , en grupo de trabajo, propulsar por el bien colectivo, en el cuidado extremo de nuestros recursos naturales y en eliminar los agentes tóxicos de la vida . Por esto el alcance de esta ley es supremamente significativo cuando no solo prohíbe su uso, también su explotación, su exportación,  importación y distribución sino que además establece que las Aseguradoras de Riesgos Laborales y Entidades Prestadoras de Salud incluyan  exámenes para prevenir las enfermedades ocasionadas por haber trabajado con este elemento. 

Y es que Colombia ocupa un sitial nada envidiable en la tasa de enfermos por esta causa. En Sibaté el % de cáncer conocido como mesotelioma (cáncer en el tejido que envuelve los pulmones) es una de las más altas del mundo  .Cuál no es el desprecio por la vida cuando en esa población la zona del embalse del Muña fue rellenado con Asbesto. Afortunadamente existen científicos colombianos que avizoraron la gravedad del problema y lograron mediante estudio de la Universidad de los Andes, liderado por el doctor Juan Pablo Ramos-Bonilla, investigador, experto en contaminación ambiental y sus impactos en la salud, llegar a las anteriores conclusiones . La Unión Europea ha prohibido su uso, en España ya se han removido mucho de sus productos, en nuestro país los municipios de Mesitas del  Colegio (vecino de Sibaté) y Chivatá (Boyacá) han sido los primeros en prohibir el asbesto.

Los grandes productores que hacen uso de este elemento tienen un periodo de 5 años para hacer la transición.

A partir de 2023 legalmente nuestra nación debe cumplir con este mandato. Solo anhelo de corazón que los intereses económicos de las grandes empresas no bloqueen esta ley para que sea realmente ejecutada como estado de derecho del que nos preciamos.