Las campañas políticas fueron históricamente evolucionando en paralelo como lo fueron haciendo los medios de comunicación. Inicialmente el medio utilizado era el discurso –es decir la voz de los candidatos- y dentro de éste la oratoria jugó un papel importante como mecanismo para convencer al auditorio, normalmente en la aplaza pública.
Hubo en distintos países, incluido el nuestro, oradores muy famosos por el tono de la voz y la gesticulación utilizada.
Luego el medio de comunicación utilizado fue el papel periódico; posteriormente con el surgimiento de la radio, ésta se incorpora progresivamente –en el caso colombiano es en los años 1930s del siglo anterior, especialmente en la campaña de 1934 en que se empieza a utilizar limitadamente-; después del medio Siglo XX, con la llegada de la televisión –inicialmente en blanco y negro y luego a color- ésta comienza a integrarse lentamente a las campañas políticas.
Una vez toma fuerza la televisión en las sociedades algunos analistas indicaron que la pantalla del televisor era la nueva plaza pública –con lo cual se producen cambios en el estilo del discurso, ya no es el orador histriónico, sino aquel que recurre al lenguaje sencillo y convincente-.
Posteriormente, cuando emergen las redes sociales de diverso tipo, cada vez más la comunicación mediática adquiere relevancia y la pierden, por lo menos parcialmente, tanto la plaza pública, como las pantallas de los televisores.
En el caso colombiano, los partidos políticos, tanto los tradicionales que fueron acudiendo a la utilización de lógicas clientelistas, basadas en las viejas forma de dominación hacendatarias, pero también algunos que se consideran de izquierda, cuando lograron algunos espacios de poder igual reprodujeron similares lógicas.
Esta mirada panorámica de la evolución de las campañas y de los medios de comunicación, nos ayuda a entender cómo las actuales principales campañas están utilizando distintas estrategias.
La campaña de Gustavo Petro, es la que sigue dándole más importancia a las manifestaciones en plaza pública, donde lo fundamental es que genera entusiasmo en los asistentes y sensación de solidaridad con el candidato, por la habilidad oratoria del mismo, esto lo combinan con un intensivo uso de redes sociales –lo que algunos denominan ‘las bodegas’- y claro la asistencia a debates académicos y en radio y televisión y no faltan los recursos de tipo clientelista.
El candidato Fico Gutiérrez es más dado a hacer campaña en la calle, conversando con los ciudadanos y en reuniones más pequeñas, pero sobre todo utilizando más intensamente la radio, la televisión y las entrevistas en periódicos, las redes sociales –incluidas las ‘bodegas’- y con más intensidad el acudir a las lógicas clientelistas.
La campaña de Sergio Fajardo, desde cuando inició su actividad política aspirando a la alcaldía de Medellín, priorizó el llamado ‘volanteo’ y el diálogo cara a cara con los ciudadanos y solo excepcionalmente las reuniones o grandes concentraciones, igualmente el uso de medios de comunicación radiales, televisivos y escritos; así lo ha hecho en las campañas para alcalde, Gobernador de Antioquía y las campañas presidenciales, siempre con una actitud de rechazo a la lógica partidista tradicional; versiones hablan de intensificación del uso de redes en esta última fase.
Otros como Rodolfo Hernández, igualmente parecen haber priorizado, la relación cara a cara con los potenciales votantes y las pequeñas reuniones y un uso intensivo de redes sociales con equipos especializados, así como los medios de comunicación.
La candidata Ingrid Betancur ha desarrollado igualmente una campaña de interactuar con medios de comunicación y contactos con los potenciales votantes en pequeños grupos y por supuesto acudir a la utilización de redes.
Al final podremos valorar la eficacia de cada una de estas estrategias.