*Escrita antes de las marchas del A21
En Colombia, nos encontramos ante uno de los momentos más difíciles de nuestra historia. Las calles de nuestro país se preparan para recibir a ciudadanos comprometidos con la defensa de nuestros derechos y libertades.
Hoy más que nunca, debemos levantar nuestras voces contra cualquier intento de convertir a nuestra amada Colombia en una dictadura.
Conscientes de nuestra democracia imperfecta, reconocemos que somos libres. No permitiremos que nos arrebaten nuestro país ni que nos priven de nuestra libertad. Es hora de unirnos como pueblo, dejando a un lado los intereses personales y políticos, y luchando juntos para proteger lo que tanto valoramos.
Los ciudadanos estamos transmitiendo un mensaje fuerte y claro a Petro, quien frecuentemente menciona el poder popular. Este poder está aquí para decirle que no toleraremos su intento de desinstitucionalizar el país, ejercer el poder de manera extorsiva o socavar nuestra democracia.
Saldremos a demandar que no toleraremos la ausencia de elecciones libres en nuestro país y nos aseguraremos de que sean justas y sin influencias indebidas, evitando la financiación ilegal y sin permitir que intereses particulares nos priven de este derecho fundamental, como son los presuntos negocios del excanciller Leyva o la obsesión de Petro por mantenerse en el poder.
Marchar hoy no implica respaldar ni ignorar la corrupción y las prácticas clientelistas del pasado. Estamos aquí porque Petro prometió al país ser diferente, cambiar esas prácticas y, como muchos advertimos, ha resultado ser mucho peor de lo que tanto criticó.
En este país que tanto queremos, admiramos el esfuerzo honesto y pacífico de tantos colombianos que luchan a diario por lograr una mejor nación, a diferencia de Petro, quien glorifica la lucha armada revolucionaria y las acciones terroristas del grupo criminal al que perteneció.
Salimos a dejar claro que somos conscientes de la tolerancia hacia los grupos al margen de la ley y la restricción de las capacidades del ejército, estrategias que utiliza para mantenerse en el poder.
En el 2026, elegiremos a alguien que promueva la esperanza en lugar del odio. Una persona que abandone las prácticas corruptas, la improvisación y la falta de profesionalismo. Que no busque satisfacer su ego, sino trabajar por el bien común. Un líder que no gobierne para unos pocos, sino para toda la nación. Que busque el consenso y vea lo privado como un complemento de lo público, reconociendo el importante papel del empresariado y sus trabajadores en la construcción del país. Además, es crucial que entienda la necesidad de la colaboración entre ambos sectores para ofrecer servicios fundamentales de manera más eficiente a nuestra sociedad.
Así como hoy saldremos masivamente, en el 2026 lo haremos con la firme convicción de purificar la política.
Hacemos un urgente llamado a todos los políticos para que dejen de lado sus egos y se unan a nosotros en esta causa. Esta marcha no les pertenece a ellos, sino a los ciudadanos. Somos nosotros, defensores de los derechos humanos y amantes de nuestra patria, quienes nos tomaremos las calles para exigir un futuro mejor para todos los colombianos.
Hoy, en unas pocas horas, se nos presenta la oportunidad de mostrarle al mundo que Colombia no se rinde, que estamos unidos en la defensa de nuestra democracia y que no permitiremos que nos arrebaten nuestra libertad. Nadie puede defraudar a Colombia. Salgamos todos a las calles hoy, porque mañana podría ser demasiado tarde para lamentarnos. Unidos, podemos marcar la diferencia y construir un país donde prevalezcan la justicia, la igualdad y la libertad para todos.
¡Colombianos, defendamos nuestra patria con orgullo y determinación! ¡Nos vemos en las calles! ¡Es hora de que nuestra voz sea escuchada y de que tomemos el control de nuestro destino como nación! ¡Unidos, lograremos un país mejor para todos!
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