Tal como sucede todos los años por esta época, el 30 de noviembre se inició la negociación del salario mínimo para 2021, con la participación de representantes de los trabajadores, de los empresarios y del gobierno. La exigencia de los trabajadores es de 14 por ciento y la oferta de los empresarios apenas es del 2 por ciento.
Mientras los empresarios consideran que un aumento alto del salario mínimo contribuiría a la pérdida de puestos de trabajo, las centrales obreras lo ven como una estrategia para la recuperación de la economía, pues habrá más dinero en circulación.
Ante lo difícil que será llegar a un acuerdo dada la enorme diferencia entre lo pedido y lo ofrecido y, teniendo en cuenta la situación de incertidumbre que se vive en el país, los académicos del Observatorio de Investigación Laboral de la Universidad del Rosario y la EAI de Medellín proponen un aumento mesurado con una revisión a mediados de año. Esto es, una solución atípica a una situación atípica provocada por el covid-19.
En la negociación del salario mínimo se tiene en cuenta la inflación del 2020 (1.75%), la productividad del mismo año (-0.6%) y la inflación esperada para el 2021 (2.75%). Mientras el PIB de este año terminará con un bajonazo de (-7.1%) , para el año venidero será del 4.2 por ciento, según Fedesarrollo. En octubre el desempleo llegaba al 15 por ciento.
De no llegarse a ningún acuerdo entre las partes, el aumento se hará por decreto como casi siempre sucede. Según algunos analistas el incremento puede estar cercano al 3 por ciento.
Para complementar el origen y manejo de recursos, el Congreso de la República aprobó esta semana un aumento de endeudamiento de la Nación a solicitud del Ministerio de Hacienda por 14 mil millones de dólares. esto permitirá a la Nación financiar el Presupuesto General y contar con provisiones en caso de choques económicos que se puedan presentar en próximas vigencias.