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Desesperación de los náufragos
En el caso de la condena contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez por fraude procesal y soborno a testigos, la reacción de sus amigos ha sido de una inocultable ligereza emocional.
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Sábado, 9 de Agosto de 2025

Estoy de acuerdo, senadora Paloma Valencia, en que no cabe reproche alguno a quien disienta de un fallo judicial. Pero una opinión de ese alcance debe hacerse con sujeción a la verdad y al derecho. No puede primar la llamada solidaridad de cuerpo o el pernicioso culto a la personalidad de quien sea declarado culpable. La refutación válida de un fallo no se hace con agravios, ni con estigmatización contra quien dicta la sentencia. Las pruebas no se desmontan a golpes de injurias ni de incitación a la violencia.

¿Por qué caer en la contradicción de invocar la institucionalidad y hasta   la democracia y al mismo tiempo comprometerse n el entramado para la promoción de la impunidad? ¿En qué queda esa regla tantas veces predicada y según la cual, quien la hace la paga? No puede ser que se  pretenda seguir manipulando a los jueces para que fallen con criterio clasista en favor de los más privilegiados por más graves que sean los delitos en que hayan incurrido. Aserto sostenible: Nadie debe estar por encima de la ley.

En el caso de la condena contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez por fraude procesal y soborno a testigos, la reacción de sus amigos ha sido de una inocultable ligereza emocional. Han menospreciado la verdad de las pruebas y se han ido por el atajo del lenguaje ofensivo, sin tomarse el trabajo de leer el expediente, donde consta todo el montaje realizado para ocultar los delitos cometidos.

La sustentación de la jueza Sandra Liliana Heredia es un trabajo serio y convincente, con argumentación que no es retórica sino surtida de certezas aportadas por testimonios consolidados.

Pero Uribe y sus fanáticos seguidores están atrapados en el susto y eso los lleva a alargar una cadena de actos desenfrenados, como los insultos contra la jueza o las acusaciones con que intentaron montarle un expediente de perfilamiento criminal al senador Iván Cepeda.

La estrategia con que se pretende mostrar la inocencia de Uribe no ha alcanzado los resultados esperados, porque ni siquiera la movilización del 7 de agosto les dejó un saldo favorable. Porque los colombianos han tomado conciencia de que no es el engaño el remedio para los males acumulados sino políticas que cambien el rumbo de la nación para alcanzar las metas que superen el atraso y garanticen los derechos tantas veces negados con sevicia reaccionaria.

Le valiera más a los uribistas superar la vehemencia de su sectarismo y de su susto y trabajar por el bien nacional dejando atrás su inclinación a hacer causa común con extranjeros que atentan contra la soberanía nacional.

Al daño que le han dejado a la nación los gobiernos del uribismo ahora le quieren sumar la impunidad de su ídolo. Ganarían más con una autocrítica sensata en la perspectiva de enmendar sus errores. Es un correctivo posible. Pero deben salir del susto y entender que en la vida hay opciones positivas haciendo el camino con decidida lucidez para salir de lo deleznable.

Puntada

Tres congresistas nortesantandereanos en presidencias de comisiones de Senado y Cámara (Edgar Díaz, Jairo Castellanos y Gabriel Becerra) puede ser un hecho positivo para la región. Debe tomarse en cuenta.

ciceronflorezm@gmail.com


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