Ya está bueno alcalde, empiece a intervenir en el desorden de los señores del transporte público en la ciudad de Cúcuta, repetidamente omitido por los gobernantes locales anteriores, que no han pasado de anuncios paliativos sin ninguna solución de fondo.
Hacen trancones en la mayoría de las calles de la ciudad, especialmente en el centro, recogiendo pasajeros cada tantos metros según estos vayan solicitando el servicio. Aceleran o recortan dependiendo del tiempo de ruta y propiciando algo más grave: “La guerra del centavo”.
Las avenidas 7, 8, 3, 2, 1 y las calles 5, 6, 13 y 15 son un desastre en la movilidad. Los “científicos” que hacen los estudios y los que los ejecutan, hasta ahora llevan perdido el año.
Y los agentes de tránsito, brillando por su ausencia, desconociendo uno de los puntos esenciales del convenio, que con mucho ruido firmó el alcalde, en el sentido de que ahora si se verían los policías de tránsito en las calles organizando la movilidad. ¡Mamola! como dijera el doctor Horacio Serpa.
Y el alcalde anterior, llamado cariñosamente el zurrón, sacó pecho con la única obra de embellecimiento, de modernidad según él, al inaugurar unas ciclorrutas donde transitan el poco número de ciclistas en una ciudad sin la cultura de su uso, validados por unos estudios sin el conocimiento público, que muy seguramente costaron una millonada para estrechar en su mínima expresión las calzadas de la ciudad dificultando aún más la movilidad en Cúcuta.
Ahí tenemos el paso complicado en el palacio de la bola, donde la calzada se redujo sustancialmente a carril y medio y un carril lo tomaron los taxistas que hacen paraderos donde se les da la gana. O el paso en el centro comercial Ventura por la calle 11 que igualmente redujeron la calzada y los taxistas con patente de corso montaron paraderos. Para completar el panorama, eso sí, montan periódicamente retenes de la policía para propiciar más los trancones en una vía muy transitada.
Alcalde, rescate uno de tantos planes de movilidad que se han hecho para la ciudad, actualícelos, socialícelos con las fuerzas vivas y ejecútelos, sin miedo a las empresas de transporte, piense en el transporte masivo, somos una capital arcaica en la materia.
Por ahora, a corto plazo, saque las rutas de buses del centro de la ciudad, que caminen un poquito los usuarios, unas cuadras, les favorece incluso para su salud, los cucuteños están mal acostumbrados a que los recojan en la puerta de la casa y los dejen igualmente a la puerta donde van a trabajar o a hacer la diligencia.
Elimine lo que el zurrón inauguró, en forma legal o como sucedió en la avenida Los Libertadores, a las malas, detrás de sus espaldas. Organice y haga cumplir paraderos para dejar y recogerlos, desterrando esa mala costumbre de parar en mitad de cuadra para hacerlo. Si se amarra los pantalones, lo felicitaremos.
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