La misma semana que se celebra el 5º aniversario del tristemente famoso concierto de la frontera que buscaba tumbar el régimen chavista en Venezuela y que terminó en un fiasco global, la Cámara de Representantes resuelve aplazar la aprobación en último debate de un Acuerdo Binacional para proteger las inversiones en uno y otro país. Ojalá sea una simple coincidencia y no resulte que los más de 70 Representantes que tomaron esta decisión consideran que en la relación con el vecino es mejor regresar a la confrontación de Duque, cerrar las fronteras y romper vínculos.
Ojalá no sea así porque esa torpe política del gobierno anterior produjo enorme daño a Norte de Santander. Por ello, preocupa además que los Representantes a la Cámara del departamento hubieran apoyado e impulsado la proposición que afecta el lento pero positivo proceso de reactivación económica de la región con la apertura de los puentes fronterizos, que apenas lleva 15 meses y ya ha generado efectos positivos innegables en las condiciones de vida de nuestra gente.
El Tratado que se negaron a avalar los parlamentarios esta semana hace parte de un paquete de acuerdos que ya fueron aprobados por el Congreso, que incluye el Acuerdo de Alcance Parcial de Comercio en el marco de la Aladi y el de Transporte. Tiene el propósito esencial de garantizar que futuras inversiones de colombianos en el país vecino no se vean expuestas a los atropellos de la expropiación sin indemnización que se dieron a partir del rompimiento de las relaciones bilaterales.
Busca evitar que se repitan esos episodios en el futuro y que se respeten las normas internacionales en la materia. Acuerdos que definan con claridad las reglas de juego en materia de comercio, inversión y transporte son absolutamente esenciales para generar confianza en el empresariado de ambas naciones y contribuyen en la recuperación paulatina de las relaciones comerciales, que llegan ya a casi US 800 millones.
El Proyecto de Ley mencionado se convierte así en un instrumento esencial para promover las inversiones que necesita la región en materia de transporte, infraestructura y logística, que requieren sin duda la estabilidad jurídica que garantiza el Acuerdo suscrito. Este proceso gradual y exitoso de restablecimiento de relaciones ha sido liderado en forma eficiente y comprometida por el Ministro de Comercio, German Umaña, quien desde hace años demuestra un especial afecto e interés por el desarrollo del departamento, no solo ahora como funcionario gubernamental, sino desde antes como presidente de la Cámara de Integración Colombo -Venezolana.
Los intereses políticos en medio de la polarización del debate nacional, y con el agite propio del clima electoral venezolano, no pueden conducirnos a decisiones que afectan la vida diaria de los habitantes del departamento. ¿O es que prefieren volver a las épocas de los insultos diarios entre los jefes de estado, el cierre de la frontera formal y el auge de las trochas criminales?
El debate político sobre la necesaria transición democrática y pacífica en Venezuela es importante sin duda. Y Colombia tiene que apoyar y promover unas elecciones libres en las que puedan participar todos los candidatos que compitan con el oficialismo. Sin embargo, frenar un acuerdo que impulsa la reactivación económica de nuestra frontera es una grave equivocación, que ojalá se subsane pronto y se pueda reanudar la discusión y votación del proyecto. Las relaciones exteriores existen históricamente para dialogar y mantener vínculos con quienes coinciden con nosotros y también con los diferentes.
En eso el gobierno Petro acierta, con el liderazgo del Ministro Umaña. Pongamos los intereses de los nortesantandereanos por encima de nuestras preferencias políticas e ideológicas en las elecciones de Venezuela. Harían bien nuestros Representantes en defender la integración y solicitar a las mayorías de la Cámara aprobar la iniciativa pronto. Me niego a creer que alguien en la región crea que estaríamos mejor sin relaciones con el vecino y las fronteras legales cerradas.