En lo que va corrido del año se han cometido cuatro masacres en Cúcuta. Es el municipio que lidera esa deshonrosa clasificación en Colombia. El general Óscar Moreno estuvo durante los últimos 18 meses al mando de la Policía Metropolitana y en días recientes dio una entrevista. Allí dijo que “logró disminuir la comisión de los delitos durante el tiempo que estuvo al frente del comando de la Mecuc”. Sin embargo, esta afirmación es cuestionable.
Según datos del Plan de Desarrollo Municipal, en 2019 la tasa de homicidios estaba en 29.2 por cada 100 mil habitantes. El objetivo del plan es que esa tasa se redujera a 26.2 en los cuatro años del mandato de Jairo Yáñez. No obstante, las cuentas van en dirección contraria. En el 2020 se cometieron 258 homicidios, lo cual desdibujó las expectativas. En lugar de bajar a 28.2, subió a 33.2 homicidios por cada 100 mil habitantes. Lo mismo ocurrió en el 2021, año en el que se cometieron 271 homicidios y la meta nuevamente fue incumplida.
No es un asunto exclusivo de la Policía. La Secretaría de Seguridad también es responsable. A nivel general, el Plan de Desarrollo y el Plan de Seguridad tienen buenas propuestas sobre este tema, pero su ejecución ha sido precaria. Por mencionar un caso, se estableció que se iba a crear un Grupo de Análisis sobre Delitos, lo cual es importante para plantear estrategias y tener cuentas propias sobre la ciudad. Van treinta y ocho meses y ese objetivo no parece ver la luz aún.
Pero tampoco es responsabilidad exclusiva de la Secretaría de Seguridad y la Policía. El año pasado se esclarecieron solamente 35 de cada 100 homicidios en Norte de Santander. Es decir, la investigación judicial y la persecución penal también necesitan mejoras. Evitar la impunidad aumenta la percepción de seguridad y la legitimidad de las instituciones.
Y quizá esas sean las razones por las que Cúcuta es la única ciudad del país en que se han cometido cuatro masacres este año. Porque un asunto tan complejo e importante está distribuido en muchas instituciones que se hablan con frecuencia, pero no se escuchan. No hay coordinación efectiva, pues cada dependencia rinde informe a superiores distintos y así es muy difícil desarrollar un modelo de colaboración.
Alcalde Jairo Yáñez: amplíe el círculo de instituciones con las que habla de seguridad, escuche las voces críticas, lidere la toma de decisiones en el Área Metropolitana y establezca un enlace sólido con el nuevo Gobierno Nacional. Es necesario convocar a un equipo amplio de trabajo para hablar de seguridad. Hay que escuchar al sector privado, la cooperación internacional, las autoridades y la sociedad civil de la región. El Excel aguanta todo, pero la ciudad no. Aún hay tiempo de hacer ajustes y hay gente dispuesta a ayudar.
El sábado fueron asesinadas cuatro personas. Uno de ellos era Rodrigo, un vendedor informal. Las otras tres víctimas eran amigos que amaban la música tanto como la vida. Se reunieron a parchar y a hablar de lo que hablan los amigos. La prensa cruel dijo que Sebastián, Oscar y Gino estaban en el lugar equivocado. El mensaje de este hecho debe ser claro. Que no se vuelva a decir que las personas son asesinadas por estar en el lugar equivocado. Ningún lugar es equivocado para querer vivir con dignidad y en paz. Las personas que vivimos y trabajamos por Cúcuta no estamos en el lugar equivocado. Solidaridad y fortaleza para sus familias.