Cuando la violencia inicia su recorrido por las calles con aparentes causas sociales o políticas muestran tan solo una cara de la moneda o la violencia directa, según Jean Paul Lederach. Las verdaderas razones son invisibles para quienes no conocen la historia y estratégicas para quienes la planean y desean lograr sus fines de dominación y manipulación.

Nuestro país se está incendiando con aparentes causas aisladas que concuerdan en la búsqueda de culpas denominadas “deudas históricas sociales” pero las razones son otras, son de tipo político y totalitario; el caos siempre lleva a la prolongación de la violencia y la implantación de discursos de odio que dividen para al final gobernar en solitario, dictadura o anarquía.

Hay muchos ejemplos de todas las ideologías. La noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, el régimen nazi coordinó una oleada de violencia antisemita en la Alemania nazi, la cual se conoció como Kristallnacht o "la noche de los cristales rotos". El ataque recibió este nombre debido a los vidrios de los aparadores hechos añicos que cubrieron las calles después de la violencia. Se suponía que esta violencia parecería un estallido espontáneo de ira contra los judíos. De hecho, los líderes nazis la coordinaron activamente con el apoyo de Adolf Hitler.

Internacionalmente, la década de los sesenta vivió una serie de cambios a nivel mundial que llevaron al cuestionamiento del sistema de dominio europeo y, sobre todo, estadounidense sobre los territorios coloniales o recientemente independizados de África, Asia y América Latina.

El triunfo de la Revolución cubana y el auge de movimientos izquierdistas en Latinoamérica, y especialmente la guerra de Vietnam generaron un amplio movimiento de solidaridad en gran parte de Europa y de los propios Estados Unidos que canalizaron la oposición al imperialismo.

En Francia estos movimientos tienen su génesis durante la guerra de Indochina y de la Argelia, que provocaron una fuerte polarización en la sociedad francesa desde principios de la década de los sesenta. En octubre de 1961 una manifestación pacífica de argelinos en París acabó con una fuerte represión policial que provocó más de 200 muertos.

El desarrollo de la Revolución Cultural en China también generó un nuevo referente para una parte de los sectores izquierdistas franceses, que vieron en el maoísmo una nueva base ideológica, alejada del PCF y de la Unión Soviética, y menos dogmática y mucho más innovadora con respecto al marxismo clásico soviético.

La Revolución china, también llamada Revolución Comunista china, debido a los eventos acontecidos al final de la guerra civil que llevaron al cambio de China hacia un país comunista.

Algunos apuntes a tener en cuenta fueron las fases habilitantes para que esta se diera: en primer lugar, negociaciones de paz. Tras el fin de la guerra civil china y la marcha de los japoneses, los bandos comunistas y nacionalistas negociaron una paz que sirviera para no tener que volver a una guerra, pero las ideologías de ambas partes estaban demasiado alejadas y fue imposible.

En segundo lugar, la ofensiva nacionalista: tras la ruptura de la paz los nacionalistas atacaron Manchuria y el norte del país; luego, el contrataque comunista: después de un año sufriendo numerosas derrotas los comunistas lograron contraatacar, consiguiendo varias victorias sobre el bando nacionalista.

Finalmente, en 1949, cesó la revolución con la victoria de los comunistas y la formación de la República Popular China.

Cuando un país se incendia el desorden muestra el orden de los intereses que buscan quienes lo patrocinan.