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¡Carajo! Llegó septiembre
Septiembre se da el lujo que no se dan los otros meses: Tener la mayor semana cultural del año.
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Jueves, 1 de Septiembre de 2022

El tiempo corre que da miedo. Ya empezaron los villancicos y hay aroma de hayaca decembrina en el ambiente.  Septiembre es un mes especial. Para empezar, es el mes de la fiesta patronal de mi pueblo. Un 24 de septiembre, el padre Raymundo Ordóñez Yáñez fundó el caserío de Las Mercedes y su nombre fue un homenaje a la Virgen. Ese día, la gente se reúne, va a misa, saca la patrona en procesión por las calles empedradas y después comienza la fiesta con vara de premios, carrera de encostalados, descabezada del gallo y concursos de tiples y bandolas. Por la noche, la rumba, con carrangueros y vallenatos. Septiembre es el mes de la gozadera, que este año promete estar a todo taco.

En mi vida hay una nota luctuosa. Y es que hace seis años, el 24 de septiembre, día de la santa Patrona, mi mamá decidió irse a hacer las visitas al Santísimo en vivo y en directo al cielo. En medio del dolor, ese fue el consuelo: Que la Virgen se la llevó en su día: “Ala, Desideria, te necesito arriba, con los ángeles y santos”, debió decirle la Santa. Y mi mamá, obediente, a sus 95 años, echó sus cositas y recuerdos a la mochila de fique y ¡por aquí, que es más derecho!

Pero en Cúcuta, lo mejor es la Fiesta del Libro, que está por comenzar. O mejor, ya comenzó. Ayer fue el lanzamiento en la biblioteca Julio Pérez Ferrero, con bombos, platillos y maracas. Julio GarcíaHerreros, Tania Manzano y todo su equipo de excelentes trabajadores de la cultura, se pusieron el overol y ¡hágale, mijo!

No hubo desfiles de reinas por las calles, ni caravanas de carros viejos, ni cabalgatas con pólvora, aguardiente y cagajones, ni siquiera los payasos salieron en zancos a desfilar, pero la fiesta inaugural fue mejor. Por ahí estaba don Quijote con su rocinante, buscando a Sancho que se le había perdido entre tanta gente. Cote Lamus y Gaitán Durán preparaban sus lecturas en el segundo piso, antes de salir a dar la cara que jamás envejece. Los Felibres de Ocaña repasaban sonetos y los poetas de Pamplona se despojaban de sus ruanas porque con estos calores…  Es decir, todo el mundo, anda en preparativos para las actividades propiamente dichas, que comenzarán el lunes.

Los libros, que se vuelven viejos en los estantes sin hallar lector, como dice la canción, en estos días se levantarán las tapas y saldrán a ofrecerse al que quiera darse el mejor de los placeres de la vida: la lectura.

Y dicen que es el mejor de los placeres porque puede hacerse de cualquier manera: de pie, acostados, sentados, de medio lado, boca arriba o boca abajo. En la hamaca, en la silla, en el suelo, debajo de un árbol, en cama fina o en catre de lona. Se puede hacer solo o acompañado, de a dos o en tríos o en grupo. Y hasta viajando. En la suavidad del avión, al vaivén de las olas del mar o a pesar de los brincos de nuestras carreteras. Como sea. Lo importante es leer. Y en estos días la consigna de la Feria  es una sola: Leer y leer.

Septiembre se da el lujo que no se dan los otros meses: Tener la mayor semana cultural del año. Y no, en cualquier parte, sino en la principal biblioteca del departamento y una de las principales del país. En un edificio donde una vez curaron enfermedades del cuerpo y ahora se curan dolencias del espíritu. ¡Bienvenido septiembre, carajo!

gusgomar@hotmail.com

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