Armando sabe como hace las cosas: se fue a Estambul con unos buenos euros a ver la final de clubes antes de armar aquí tremendo “tierrero”, y se fue dejando al país pendiente de otras finales que si bien no son tan interesantes como la de ver al Inter contra el Manchester City, pero al fin y al cabo, finales. Por ejemplo, mientras Armando está seguramente en una silla muy cómodo para al menos no tener durante 90 minutos que acordarse ni de Petro ni de Laura, aquí los que no tenemos como ir a Estambul nos tocó ver la final del Cúcuta contra Boyacá Chicó para definir quién gana la B, y además en riesgo de que en la transmisión del partido se interrumpa por un nuevo twitter del presidente en el que reitere que nunca se ha tomado un trago con Armando. Otra final, emocionante, de infarto que nos dejó Benedetti, saber si de aquí al 20 de junio el congreso va a aprobar algunos de los proyectos del gobierno, o por el contrario no pasa ninguno. Tengo la impresión que al gobierno, ni con la ayuda de Guardiola el congr
eso le aprobará ninguna de ellas, y así las cosas complicado para Petro, que le podría ir mal durante el segundo semestre, y ni para imaginar a final de año este “sancocho nacional”. Creo que a la final, a Benedetti ni le importa.
Otra final que nos dejó Armandito, quien muy probablemente después del partido en Estambul que estará dispuesto a celebrar el triunfo del Inter por su origen italiano, y ojalá que por allá no le dé por tomarse unas cervezas en la celebración, y en una de esas malas jugadas de la vida, de pronto vea a una turca con la burka que por las vainas de los tragos Benedetti crea que es Laura Sarabia que se fue a chuzarlo y joderle la final de la champions, y furioso la empiece a “madriar” en la calle principal de Estambul, y de pronto desencadene un twitter de descontento ya del presidente Erdogán, diciendo que no permite infiltrados en su país. Otra final que nos jugaremos por estos días aquí, mientras por allá juega el Inter contra el Manchester: saber si a pesar de la firma del cese bilateral en la Habana con el Eln, a esta última le de por estos días de poner otra bomba como la que puso en Tibú, y ahí volvemos a empezar. Ojalá por el país que en esta oportunidad la paz sea exitosa. Lo más probable es que a Arman
do este tema de la paz total en Colombia no le interese mucho, y menos estando en Europa, pensando y decidiendo a dónde irse, porque eso de que el martes regresa aquí, no se lo cree ni Laura.
Mientras todo eso sucede, en alguna reunión con amigos por aquí en Bogotá, en un país en el que ahora no hay desayuno, café o almuerzo en donde no se hable de otra cosa diferente para saber que nos podría suceder en los próximos meses, un amigo, apenas con un whisky, o como ahora se dice de Benedetti “que los borrachos siempre dicen la verdad”, hablando dijo algo que me llamó la atención de esta novela: “ no olviden que Armando ante todo es un negociante, y hasta la derecha es muy posible que le propuso a Armandito, sabiendo que lo de los 15 mil millones tiene mucho de verdad: suelta el bombazo y denos un número de cuenta…”. Me dejó sonando mucho, muy probable. Los resultados y consecuencias de este escándalo aún están por verse. Preferí servirme otro whisky y pensar en esa historia que sucedió en Estados Unidos en los tiempos de Nixon con “Garganta profunda”, y mientras tanto la cámara decidiendo si formula o no acusación al presidente. Nada fácil.