Cualquiera que mire el almanaque se dará cuenta que hoy se acaba el mes, el mes más corto del año, al que le quedaron debiendo algunos días. Febrero es un mes difícil, sin puentes festivos, en el que hay que pagar matrículas, comprar uniformes, pagar deudas y empezar a trabajar en forma. Pero, como todo lo corto, también tiene sus ventajas: más rápido llega el sueldo, y más cercanas están las primeras vacaciones del año, las de Semana Santa.
Para los cucuteños, esta fecha tiene un significado especial, ya que hace un jurgo de años, el libertador Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios se enfrentó con su ejército patriota a los soldados realistas que, al mando de Ramón Correa, se enseñoreaban en Cúcuta. Ese 28 de febrero, los españoles tuvieron que salir corriendo, y Bolívar y su gente se apoderaron de lo que antes era un fortín del rey.
Por eso hoy en Cúcuta salen las bandas de guerra, izan banderas y en la Loma de Bolívar, donde sucedió la furrusca, hay discursos y danzas y pólvora y más discursos. La Academia de Historia también celebra hoy tan importante fecha, con una sesión solemne en la universidad Simón Bolívar, para hacer honor a su nombre.
En medio de tanto festejo, la Academia de Historia recuerda hoy al Dr. Pablo Emilio Ramírez Calderón, quien cumple un mes de fallecido. Por sus ejecutorias, por su empeño y por su entrega a la Academia, Pablo Emilio permanece en el recuerdo de todos los académicos. Esta tarde, a las cinco, se develará en la sede del Palacio Nacional un retrato suyo, como homenaje a quien se ha considerado como un gran académico en la historia de la institución.
En la noche, una misa en la iglesia de los padres Carmelitas, permitirá a sus familiares, compañeros y amigos, unir sus oraciones al cielo por el descanso eterno del alma del médico, hombre cívico y académico, Pablo Emilio Ramírez Calderón.
Mañana ya no es febrero, pero Marzo comienza con otro homenaje académico. Resulta que todos los años, la Academia de Historia concede una condecoración, “Premio a toda una vida” a un nortesantandereano ilustre, que haya puesto en alto el nombre del departamento.
En esta ocasión, el homenajeado es el Dr. Antonio José Lizarazo Ocampo, hombre público, ex gobernador del departamento y actual magistrado de la Corte Constitucional.
Académicos, familiares, amigos, colegas y autoridades mañana le expresarán al Dr. Antonio José lo que significan su nombre y su obra para Norte de Santander. La medalla es una feliz iniciativa de la Dra. Cristina Ballén, hace algunos años, cuando era miembro de la Junta Directiva.
De manera que marzo comienza bien. Su figura, sus ejecutorias y la brillantez de su vida pública fueron elementos que tuvo en cuenta la Junta Directiva para escoger en esta ocasión el nombre de Antonio José Lizarazo Ocampo.
Allá estaremos, como decía algún famoso locutor, pero me dijeron los organizadores que no se aceptan ni colados ni lagartos.