El más vívido recuerdo del origen de la palabra lo representa la infinidad de veces que el cine nos muestra figuras deformes, monstruosas; pero sobre todo la palabra “aliens” hace referencia a seres extraterrestres, ajenos a nuestro mundo y hasta peligrosos.
El joven y núbil presidente con mucha dulzura y cariño los llamó “abuelitos”. el diminutivo, propio de aduladores baratos y político en campaña, no deja de ser afrentoso cuando se le usa para pedirles que por favor no salgan, “quédate en casa”. son ciudadanos a quienes han convertido en peligro para la sociedad; no solo porque son más vulnerables sino porque ya no se consideran individuos útiles y mejor enviarlos al ostracismo; los han convertido en “aliens”, alienados.
No es conveniente usar las ucis con los abuelitos porque es mejor tener disponibilidad para la gente “útil”; de pronto el precario sistema de salud puede colapsar. Y qué pena ante el mundo que puede darse cuenta de lo mal que la pasan los ciudadanos de Colombia por cuenta de un negocio abusivo y tan lucrativo en manos de buitres depredadores.
Las políticas y programas para proteger y dignificarles la poca existencia que les queda, son casi que inexistentes y tan precarias en países tercermundistas que los gobiernos prefieren ignorarlos. Ya son una carga; además de “mantenidos” según la dama del alto gobierno, los consideran inútiles. No tienen en cuenta una vida probablemente productiva que le ha significado a las arcas de la nación, también probablemente, buenos dividendos. Grandes empresas y grandes logros en ciencia, tecnología, docencia, deberían ser suficientes para no alienarlos tan olímpicamente como lo hace el mocoso presidente (así lo llamó el viejito Rudolf Hommes quien manejó la hacienda del país durante varios años, y no sé si para bien o para mal)
La experiencia de estos compatriotas alienados por el gobierno, significa uno de los mayores tesoros de cualquier conglomerado humano; seguramente que en los países vanguardistas son tenidos en cuenta y no solo les agradecen sus contribuciones al progreso sino que los respetan, los protegen y utilizan.
Si mal no recuerdo, la energía atómica se inició con un grupo de “viejitos” que manejaron el programa y consiguieron darle la victoria a los EE.UU. en la segunda guerra mundial. Por supuesto que a un costo muy alto en vidas humanas.
Al joven y apuesto presidente le deseo buena suerte en el difícil manejo de la coyuntura por la pandemia y a sus púberes colaboradores (as) una mayor discreción y buen tacto tratándose de ciudadanos valiosos, que le pueden dar una mano al país si se sabe utilizar su experiencia, sabiduría y su capacidad de tolerar en silencio, la mayoría de las veces que la “juventud” en el poder y apuntalados por cuanto mañoso y acaudalado abusador , han llevado una y otra vez a este sufrido conglomerado a los abismos de la ignominia.
