La denominada “mancha amarilla”, es una de las formas utilizadas para identificar al importante grupo de personas que componen el parque automotor, el cual presta servicio público tipo taxi individual, aunque en nuestra ciudad, es común observar, que varias de estas unidades prestan servicio público colectivo, al margen de la ley.
Desconozco el resultado de las mesas de trabajo entre la administración municipal y los representantes del gremio mencionado, en el entendido que en las mismas se deben plasmar los compromisos de las partes, entre los cuales debió tenerse en cuenta el estado técnico mecánico de las unidades, muchas de ellas rodando horas extras porque a mi modo de ver, ya han cumplido el plazo para prestar el servicio y además, muestran irrefutables evidencias sobre sus pésimas condiciones.
Como quiera que no puedo generalizar la situación, me referiré a dos casos en particular, representado en dos taxis que abordé recientemente, identificados con la matrícula URM-353 y TJN-612 los cuales se convierten en uno de los muchos casos que existen, sin que medie solución alguna por parte de la empresa a la que pertenecen o sencillamente, marcadas debilidades de lo que no debe ser un servicio público.
Es realmente increíble entender, qué puede estar sucediendo en algunos Centros de Diagnóstico Automotor (CDA) o al interior de las empresas de transporte toda vez que dado el pésimo estado de la cojinería, siente la inexistencia de amortiguadores cuando el vehículo va saltando como si usted estuviese sentado en un resorte. Además, se escuchan fuertes estruendos cuando pasan por terrenos rizados o deteriorados como los existentes en la mayor parte de la red vial urbana.
Es por esa razón, que pudiera existir una frecuente laxitud en la revisión de algunos CDA, en el entendido que existen más de doce causales para determinar el rechazo del vehículo en concordancia con la Resolución 2200 de 2006, entre las cuales se encuentran: “…El buen funcionamiento del sistema mecánico. …Sistema de dirección y suspensión…” De igual manera, es necesario que los gerentes de las empresas, definan lineamientos con el estado interno de las unidades, habida cuenta que son exageradamente desagradables los múltiples olores ofensivos producidos por el conductor y otros desarrollados por la existencia de desperdicios de comida de diferentes orígenes.
Debo aclarar que no estoy exigiendo que los conductores utilicen corbata para su trabajo, pero la verdad, la falta de higiene no guarda relación con la pobreza y en cambio le marca lunares oscuros a la imagen de la empresa que representan. En cuanto a los CDA, deben revisar sus protocolos y el personal que destinan para la revisión porque de seguro pueden suceder cincuenta mil o más razones para permitir que un automóvil pase el examen técnico, solo por unos pesos y en cambio, ponen en riesgo al mismo conductor, otros automotores o peatones en caso de accidente.
Finalmente, considero que este tipo de quejas debe ser más frecuentes por parte de los usuarios, porque es una de las formas mediante las cuales, los responsables de su vigilancia, pueden tomar acciones.