Unos ocho días antes de que Daddy Yankee hiciera su concierto de despedida en el Atanasio Girardot, a un grupo de funcionarios de la Alcaldía les avisaron que programaran sus agendas para estar en el Estadio Atanasio Girardot a la mañana siguiente, pues habían cuadrado entregar computadores a los estudiantes de la ciudad un día después, el lunes 17 de octubre.
La noticia causó alegría, pero para muchos fue toda una sorpresa que se usara la misma tarima en la que había cantado el rey del reguetón.
Fue todo un espectáculo. Se sabe que el alcalde Daniel Quintero salió a las tablas en medio de canciones de reguetón, aupado por el gran sonido que había tenido el concierto; en las mismas pantallas que la noche anterior habían registrado a Yankee, salió el nombre del alcalde: el crédito no se lo llevaba el programa y muchos menos los estudiantes, eran una vitrina para mover su imagen. Y esto quedó marcado porque después se armó una pelotera: los equipos se entregaron afuera, en un tumulto en el que hubo lesionados y confusión. Varios de logística se preguntaban cómo había logrado Quintero usar semejante mobiliario.
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Las sospechas fueron mayores hace veinte días, cuando a los mismos funcionarios les dijeron que estuvieran alerta porque había la posibilidad de entregar más computadores un día después del concierto de Bad Bunny. Al final no sucedió, pero el día del evento, mientras las graderías se llenaban de fanáticos, por las pantallas solo pasaban publicidad de la Alcaldía: Medellín Futuro, computadores y otros eslóganes y programas bien conocidos.
No es nuevo que aparezca publicidad de entidades públicas en eventos de ciudad. Sin embargo, todos los caminos conducen a un nombre: Diomar García, uno de los empresarios más poderosos de la industria del entretenimiento en Colombia, el mismo que ha armado los últimos conciertos en Medellín y que le ha dado más de una gabela al alcalde Quintero, pero ¿ha sido gratis?
El alcalde y su esposa Diana Osorio han dicho en varias oportunidades que estos conciertos son una política de ciudad, y ellos mismos han participado y regalado boletas por sus redes sociales, algunas de ellas muy caras, pues están ubicadas en los palcos, el invento con el que Diomar García ha hecho su abril. Incluso en la Alpujarra se sabe que desde la organización de los conciertos se le entregan a la Administración decenas de boletas para que las repartan como consideren, de esa manera se mantiene el cruce de favores.
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Ahora bien, Quintero muchas veces aparece en sus redes sociales como el “refundador de Medellín” —así lo llaman algunos en Twitter—, y lo mismo pasa con los conciertos, parece que se le olvidara que antes de los conciertos que a él le tocaron —Bad Bunny, Daddy Yankee, Karol G y Maluma—, ya se habían organizado otros muy grandes con estrellas planetarias: Madonna, Beyoncé, Guns & Roses y J Balvin. Para decirlo claro: la seguidilla de recitales ahora son una respuesta a la reactivación económica, los artistas han salido a girar y los empresarios más hábiles se han quedado con los conciertos.
El caso es que ahora Quintero tiene la clave para vender sus ideas: el boom del reguetón tiene los ojos puestos en Medellín y por eso todos los artistas quieren pasar por acá y a influenciadores como Lalis, Sergio Barbosa, Mafe Carrascal (hoy congresista), Wally les encanta el reguetón, por lo que terminan en los conciertos, haciendo publicidad y saliendo en fotos, algunas veces, con la misma Diana Osorio, algunos miembros del gabinete y hasta con el alcalde. Ya se ha hablado de los contratos con los que Quintero les entrega pauta publicitaria para que hablen bien de su administración y de la ciudad.
Por otro lado, está el hombre del negocio: Diomar García. Dentro de la industria todos dicen que es un experto, un hombre impecable a la hora de montar grandes eventos. Un hombre que lleva más de diez años en el negocio de la música urbana, y que vio nacer a estrellas como Maluma y Reykon.
“Sé que es cercano al alcalde, pero más por conveniencia, porque el man es quien hace los eventos más grandes de música y, obviamente, donde los hace necesita tener cercanía con los gobiernos locales, para facilitar la gestión de permisos del estadio, la Policía, y demás cosas que implica esto (...) y sí sabemos que el man (Daniel Quintero) le pide tajada a todo lo que se mueva en la ciudad, o él o su hermano (Miguel Quintero)”, expresó una fuente cercana al organizador de eventos.
García es un empresario cucuteño que empezó vendiendo ropa puerta a puerta en su ciudad, todo un emprendedor cuyo nombre se hizo conocido en 2013 cuando la Fiscalía indagó sobre una denuncia de presunto lavado de activos en una gira de Vicente Fernández; un anónimo denunció que la empresa Total Conciertos en alianza con D&L Inversiones, de la que García era socio, había lavado supuestamente más de 30 millones de dólares, según publicó en su momento El Espectador.
En D&L, García era socio de Luis Enrique Pérez Mogollón, alias El Pulpo, a quien Álvaro Uribe Vélez había señalado de narcotraficante en 2008. Pérez Mogollón fue asesinado en un restaurante de su propiedad en Norte de Santander, en lo que medios locales llamaron una vendetta entre narcos. Hasta el día de hoy, dicha empresa se mantiene activa en el Registro Único Empresarial.
Pese a los escándalos que lo han rodeado, García se convirtió en un empresario de gran calado que vive en Miami y desde Estados Unidos mueve todos sus negocios. En Medellín mueve más que conciertos, aparece contratando con esta alcaldía por medio One Eventos, empresa de la que es accionista.
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Por ejemplo, el 3 de junio de 2021, One Eventos organizó el servicio de producción audiovisual para la producción del evento Med Day por más de 17 millones de pesos. Este tenía como objeto que el alcalde Daniel Quintero pudiera “interactuar con los servidores de la Alcaldía de Medellín”.
La empresa de la que García es accionista volvió a aparecer el 9 de agosto de 2021, cuando firmó un contrato por 668 millones de pesos con Metroparques, entidad descentralizada que tiene la facultad de contratar de manera directa, para desarrollar una aplicación móvil para la Feria de las Flores de ese año. La empresa volvió a repetir en la feria de este año, con un contrato con objeto parecido por 150 millones de pesos.
Pero no es el único, el 29 de octubre de 2022, Telemedellín contrató a One Eventos para la “vinculación publicitaria” de una conferencia llamada El futuro es ahora —eslogan bien conocido del alcalde— y entre cuyos oradores aparecía Daniel Quintero. El evento, dicho sea de paso, ni siquiera tuvo publicidad en las redes sociales y uno de los conferencistas no pudo asistir porque tenía gripa.
Según el testimonio de un joven que estaba en los grupos de WhatsApp de logística del concierto de Karol G, y el cual era organizado por la empresa D&G Eventos (también de Diomar García), en ese chat grupal se les ofreció trabajar como testigos electorales del Pacto Histórico para las pasadas votaciones legislativas. Se les ofrecía un “souvenir” de 60.000 pesos para participar, que se pagaba vía Baloto. Hay que recordar que varios exmiembros del gabinete de Quintero convocaron testigos para esa jornada.
Todo esto parece una relación de doble vía. En la Alcaldía se dice que fue el mismo Diomar García quien le puso toda la logística a Quintero cuando fue destituido por la Procuraduría por su participación en política y salió al balcón de la Alpujarra a arengar en contra del Gobierno Nacional de Iván Duque.
Nada parece azaroso en el entramado. Una ciudad de grandes conciertos, un alcalde que les saca réditos por las redes sociales, que regala boletas, que usa las tarimas y un empresario que tiene contratos con la administración. ¿Qué dicen las autoridades?
Fuente: El Colombiano.
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