“La compra de tierras va porque va”. Así lo aseguró la ministra de Agricultura, Cecilia López, quien reveló que ya han recibido otras ofertas para que no sean solo tres millones de hectáreas sino más las tierras que compre el Gobierno para llevar a cabo la reforma agraria.
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La ministra también habló sobre la contradicción entre el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, y el presidente de Colombia, Gustavo Petro, acerca de la posibilidad de comprar las tierras con bonos de deuda pública y dijo que con el Ministerio de Hacienda se explorarán alternativas de financiación, una de ellas la posibilidad de que se emitan bonos agrarios.
¿Cómo va a cambiar el campo colombiano con esta reforma rural?*
Lo primero es que lo que vamos a distribuir son tierras productivas. Le cuento que además de Fedegán tenemos otros sectores que también, puede que no en la misma dimensión, pero que también están pensando en ofrecer tierras por distinta razón.
Quienes vendan las tierras las van a vender porque no las están usando como podrían, porque si las estuvieran usando de manera que les produzca lo suficiente para pagar el impuesto predial, no las venden, para que seamos claros.
Además, las pasamos por el filtro de la legalidad (porque la gente salió a decir que íbamos a comprar tierra ilegal. No, la ley nos obliga a ser absolutamente claros en que la adquisición de tierra tiene que mostrar que no hay ninguna sombra en ese proceso).
Entonces nosotros no vamos a comprar tierra que no sea transparente en su compra y que además no sea productiva. Ese es un punto importante.
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Segundo, no se va a distribuir individual sino colectivamente y tiene que ser así porque si no, no podemos hacer los proyectos productivos.
Tercero, no es tierra sola, La tierra sola es un medio, eso no resuelve el problema productivo, viene acompañado de todo el paquete de apoyo agropecuario de instrumentos que maneja la Agencia de Desarrollo Rural, pero también y ayer estuvimos en la primera junta de Finagro con la nueva presidenta, con un cambio muy sustantivo que queremos hacer en términos del crédito.
Usted dice que va a ser una entrega de manera colectiva. ¿O sea, no se va a entregar la tierra a un campesino que se acerque, sino que tiene que ser a organizaciones?
Sí, es que si no, eso no tiene impacto. Sería de locos entregar individualmente. Y ahí hay dos cosas que son claves. Una, que es responsabilidad del Ministerio, es incentivar la agrupación de campesinos, las cooperativas. Y en eso apenas estamos trabajando a ver cómo se incentiva, qué estímulos se les darían.
Y lo otro, que ya está más avanzado, son los créditos para cooperativas y esa una de las grandes responsabilidades que va a tener toda nuestra operación financiera, que es Banco Agrario, Fiduagraria y Finagro.
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Es que tienen que ser proyectos territoriales y productivos y eso no se hace de manera individual. ¿Cómo los vamos a juntar? Eso es filigrana, como digo yo, pero yo creo que lo podemos hacer. Ha funcionado en otros sitios.
¿Cómo garantizar no solo que las tierras sean productivas sino que lo que se produzca sea competitivo?
Este ahora sí se volvió un ministerio transversal, porque fíjese que en mis viajes por el territorio he descubierto que este país, que tiene una cobertura de electricidad de las más altas de América Latina, hay regiones que no tienen energía o no la tienen ni con la constancia, ni con el nivel que se requiere para ser productivas.
Entonces estamos haciendo mapas donde estamos encontrando esas fallas para que las instituciones que manejan estos temas nos digan que está pasando y como se remedia. Eso en energía, para no hablarle del agua o de los caminos.
Sobre esto, el presidente desde antes venía diciendo algo que nos puede ayudar, aunque no resuelve todo, sí nos ayuda, la idea de la recuperación de la producción agropecuaria no es quedarse en que sea una producción primaria.
El presidente ha insistido en que tenemos que hacer desarrollos agroindustriales, a veces elementales pero que aumentan los ingresos y la productividad y facilitan el transporte. Por ejemplo, las plantas de secamiento del arroz o el cacao en tabletas y no en su forma más elemental.
¿El gobierno va o intervenir en qué tipo de productos se siembren?
Cuando se compre la tierra, la justificación de una de ellas será que el mapa que tenga la UPRA diga que es productivo en maíz o productivo en soya o productivo en arroz y esa recomendación obviamente va a ir a quienes sean dueños, y a ellos les tiene que interesar, no se pueden poner a improvisar.
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Pero aquí hay un elemento que mencionaba uno de los directores. No me acuerdo, creo que fue el de Desarrollo Rural. Decía algo, que es muy importante: la gente que reciba esta tierra no puede convertirse en una especie de apartado, o sea, unos grupos aislados del resto. Esto hay que vincularlo con la cadena productiva a los sectores modernos, porque es que, si no, no hacemos nada.
Hubo una contradicción entre el ministro y el presidente sobre si la tierra se va a pagar con bonos de deuda pública. ¿Cómo se van a pagar esas tierras?
No, eso está en discusión. Es una decisión entre el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Agricultura. Obviamente, y el ministro lo dijo, estamos buscando cooperación técnica, pero ahí tenemos que precisarlo. Por ejemplo, el crédito de 100 millones de dólares con el fondo verde y la CAF, el ministro decía en unas declaraciones que él creía que con eso podemos comprar tierra. Ojalá, pero yo tengo la impresión de que eso va a ir más para asistencia técnica.
Pero eso es una conversación entre los dos y ya de hecho el ministro designó a un viceministro de Hacienda que va a trabajar con gente nuestra para ir explorando varias cosas: el monto, cómo hacemos para crear ese fondo que no se someta a las limitaciones de un presupuesto anual. Eso puede ser una mezcla de recursos, pero la realidad es que se van a comprar.
O sea, que se hace, se hace…
Que se hace, se hace. Ahora, veamos cómo hacemos en la bolsa. Ahí hay muchas fórmulas que estamos explorando. Aquí tengo un equipo de gente trabajando en algo que surgió hoy, la existencia de bonos agrarios. Afortunadamente el ministro de hacienda y yo trabajamos de la mano, o sea que no ahí no va a haber fricciones.
Él tiene un ahí un tema gordo. Él está en Washington. Yo no pude ir porque con esta presión que tengo no me puedo mover, pero el ministro tiene que dar unas señales a las agencias de crédito, porque está peleando para que no nos bajen el lado de inversión.
Pero lo que el país tiene que saber primero es que esto es una realidad. Vamos a comprar no solamente esos tres millones. Ya nos empiezan a ofrecer, claro que en otras condiciones, vamos a ver, otras tierras. Nos queda ver que dice la Corte a ver cuánta tierra de esa podemos adjudicar sin tener que pagar, sería una maravilla, pero tiene que ser en frontera agrícola, tiene que cumplir todos estos requisitos, pero además estamos titulando. Y es que la titulación también nos genera una demanda.
¿Por qué consideran ustedes que era necesario comprar esos tres millones e incluso más como usted lo dice, si funcionarios del Gobierno anterior dicen que ya el Fondo de Tierras tiene más de la mitad de esas tierras que exige el acuerdo de paz?
Por una razón muy sencilla: el Gini, que mide la concentración de la tierra en Colombia es 0,87, una vergüenza, Y eso que no da las cifras de cuántos tienen un porcentaje grandísimo de la tierra y los que tienen un mínimo de la tierra. El presidente lo ha dicho: tres millones de hectáreas es una reforma agraria tímida, pero lo que pasa es que es muy difícil y vale, porque lo estamos haciendo dentro de las normas del capitalismo, no sé está expropiando, no se está haciendo nada que le saliera barato al Estado, sino que lo estamos haciendo con las reglas del capitalismo y así lo prevé la Ley 160
Entonces ahí lo que lo que pasa es que hay que mirar objetivamente esos 3 millones es lo que nos ha pedido el acuerdo uno de La Habana y cuando los funcionarios del gobierno anterior dicen que ya tenían listas, no las entregaron. Ellos nos enseñaron 9.000 hectáreas, esa es la cifra que yo tengo.
Entonces, que no vengan a decir ahora que era tan fácil porque no lo hicieron. Si tenían listas un millón, no sé cuántas, por qué no las entregaron, por qué no finalizaron el proceso. Eso lo estamos mirando a ver cuántas de esas están listas para entregar, fantástico. Ojalá fuera así.
Pero de todas maneras nos hicieron un ofrecimiento y tres o cuatro millones de hectáreas inclusive 5 millones de hectáreas todavía es poquito para lograr una distinción equitativa de la tierra, ¿cuántos millones de campesinos no tienen microfundios ni siquiera minifundios.
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