Un extraño suceso puso en máxima alerta a las autoridades del Instituto Técnico Agropecuario del municipio el Hato, en Santander. Según los relatos del alcalde del municipio y de la rectora de la institución, un docente encontró a unos 10 alumnos en uno de los pasillos de la sede con evidentes signos de alarma.
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“Algunos convulsionaban, otros solo estaban desmayados. (...) Botaban una baba blanca y espesa por la boca”, contó uno de los testigos.
Tras la impactante escena “de una llevaron a los jóvenes al hospital y allá empezaron a atenderlos. Cinco estaban estables y salieron del centro. Otros cinco siguen en revisión”, contó el alcalde de Hato, José Pablo Toloza.
Pese a que el centro médico no ha emitido un comunicado con las posibles causas de los síntomas, las autoridades de la institución manejan dos hipótesis con base en lo que han contado los menores.
La primera tiene que ver con una supuesta intoxicación masiva por alimentos en mal estado, pues varios de los síntomas coinciden con ese diagnóstico.
Sin embargo, la teoría que más ha calado en la población de Hato tiene que ver con un supuesto pánico colectivo tras jugar con una tabla ouija.
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Ese elemento, que es conocido por su supuesta capacidad de invocar fuerzas sobrenaturales, habría hecho que los niños de octavo y noveno grado sintieran un miedo descomunal que terminó con desmayos, vómitos y babaza.
“Por ahora estamos esperando el parte médico para esclarecer los hechos. Estamos pendientes de los jóvenes y activando todos los protocolos necesarios para impedir nuevos escenarios de este tipo”, concluyó la rectora de la institución, María Nazareth Martínez.
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