La comunidad del barrio Rudesindo Soto ha sido golpeada por constantes hechos de sangre en las últimas semanas. En apenas doce días tres personas han sido asesinadas y otras cuatro han resultado heridas, el más reciente fue Héctor Beltrán, un miembro apreciado por sus vecinos.
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Don Héctor, como es conocido por sus vecinos, fue víctima de un violento ataque armado en su propia casa, ubicada en la parte baja del barrio, que lo dejó herido tras recibir un par de impactos de bala.
Fue sobre las ocho de la noche del pasado martes, 5 de agosto, que la serenidad del barrio se vio interrumpida por dos motos que se detuvieron frente a la vivienda de don Héctor. A bordo iban dos sujetos quienes desenfundaron un arma de fuego y apretaron el gatillo.
“Llegaron, vaciaron el cargador en toda la fachada de la casa y se fueron”, comentó uno de los vecinos respecto a lo sucedido. Por lo menos una decena de proyectiles hicieron una nueva ‘decoración’ en la vivienda, dejando sus marcas en la pared, ventanas y la puerta.
“Fue un ataque premeditado y a matar”, dijo un residente de la zona. El hecho no alcanzó a ser letal, pero don Héctor recibió dos impactos de bala mientras veía televisión en la sala con la puerta abierta, uno en el hombro y el otro en el tórax.
Tras ‘vaciar el cargador’, los pistoleros motociclistas emprendieron la huida hacia un rumbo desconocido, mientras los familiares de don Héctor lo auxiliaron. Rápidamente gestionaron su traslado hacia un centro asistencial, donde el hombre permanece recibiendo atención médica.
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Las autoridades no se explican qué pudo desencadenar el violento ataque. Sin embargo, la comunidad parece tener una pista y es que, según contaron residentes de la zona, hace poco la familia habría sido víctima de un intento de hurto fallido, lo que podría haber desembocado en una arremetida de los criminales. Aunque esta versión sigue siendo analizada por las autoridades.
La principal hipótesis para las autoridades es otra, pues se trataría de un ataque, pero no directamente contra don Héctor, quien habría resultado lesionado de forma desafortunada, sino contra un familiar.
Se pudo conocer que don Héctor es un hombre trabajador y que no se mete en problemas, se dedica a la venta informal de verduras y huevos de gallina, por lo que se ha ganado la confianza y el cariño de sus vecinos, quienes esperan una pronta recuperación y que no se convierta en otra víctima letal de la ola de violencia que está sacudiendo este barrio de la ciudadela Juan Atalaya.
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El problema de los estupefacientes
La racha de sangre que mantiene atemorizada a la comunidad de Rudesindo Soto desde hace dos semanas se debería a la guerra entre bandas relacionada con asuntos de estupefacientes, pues precisamente dos de las tres víctimas letales que han caído en esta racha tenían antecedentes penales. Aunque en el caso de don Héctor, no estaría relacionado con ese asunto.
El caso más reciente ocurrió hace apenas tres días en el sector conocido como Las Escaleras, dentro de su casa fue asesinado Luis Enrique Barros Torres, conocido como Chuty, quien recibió disparos directos a la cabeza por pistoleros desconocidos que escaparon del lugar en medio de la oscuridad de la noche.
No hubo testigos ni cámaras de seguridad que presenciaran el asesinato de un hombre reconocido en el sector, quien contaba con antecedentes, al igual que el lugar de los hechos, que ya había sido identificado como punto de expendio de estupefacientes en el pasado, por parte de las autoridades, quienes incluso la allanaron.
Diez días atrás la parte baja del barrio ya había sido escenario de sangre, en el que dos hombres fueron asesinados, siendo identificados como Francisco Torres Téllez, quien contaba con anotaciones penales, y Luis Alejandro Gómez Yáñez, quienes fueron atacados a disparos mientras tomaban cerveza afuera de una vivienda, hecho en el que también resultaron heridas tres mujeres, entre ellas una menor de edad.
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