Mañana será radicado el anteproyecto del Presupuesto General de 2026. Con esto el Gobierno dará inicio a su último trámite para un rubro fundamental en su política fiscal. El ministro de Hacienda, Germán Ávila, previamente presentó las cifras del Presupuesto.
En ellas se indicó que los gastos de funcionamiento, es decir, los que son necesarios para el funcionamiento de las entidades, crecerían en más de $42,7 billones entre 2024 y 2025. El Presupuesto total incrementó en más de $40,6 billones.
Otro de los proyectos clave del Gobierno es la reforma tributaria, la cual intenta recaudar entre $19,6 billones y $25,4 billones. Exfuncionarios de la cartera expresaron que es difícil que el proyecto pase, manifestando que la Comisión que debate los temas económicos no apoyaría el proyecto.
También se señaló que los gastos presentados por Ávila llevan la inercia de apostar por un proyecto que mantiene egresos en los rubros más inflexibles de recorte (funcionamiento, vigencias futuras, deuda), pero sin sacrificar los gastos de inversión, que realmente contribuyen al crecimiento económico.
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“No existe ninguna posibilidad de que el Congreso apruebe una reforma tributaria. Es incomprensible que se proponga este plan cuando se activó la cláusula de escape, y se está llevando el nivel de déficit y de deuda pública al peor nivel de la historia”, afirmó el exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo.

Para él, las medidas del Gobierno de suspender la regla fiscal y elevar la deuda contribuyen a que haya exceso de recursos para atender las necesidades. También expresó que el Presupuesto ya está desfinanciado, porque nuevamente, se necesitaría una tributaria para que las cifras cuadren.
Añadió que en la deuda pública se pagan intereses entre 40% y 50% más altos de los que se pagaban hace dos años.
El profesor de la Universidad de los Andes, Germán Machado, afirmó que sí se necesita una tributaria, pero también un ajuste en el gasto público. Señaló que es poco probable que sea aprobada, ya que, no existe el “ambiente político” necesario para ello.
“El Presupuesto en $551 billones no es realista, y es nuevamente inflado. Ese monto tiene tres problemas: primero, va en contra de lo anunciado por el Gobierno en el marco fiscal; es un monto exagerado para los ingresos esperados; y tercero, es un monto irreal en el sentido de que no se podrá ejecutar completamente”, puntualizó Machado.
Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp, manifestó que habrá pronunciamientos del Presidente en aprobar el monto presupuestal por decreto, es decir, no tendría la aprobación del Congreso. Lo anterior coincide con previsiones de exjefes de la cartera de Hacienda.
"El financiamiento es costoso, y si persisten decisiones fiscales poco responsables, el país continuará pagando tasas de interés de dos dígitos sobre sus títulos de deuda pública. Incluso la nueva estrategia de financiamiento del Gobierno, que incluye financiamiento en francos suizos, representa una apuesta arriesgada. En lugar de corregir el rumbo fiscal, este contexto macro agrava aún más los niveles de endeudamiento del país", concluyó el jefe de investigaciones económicas de Corficolombiana.
Tomado de La República
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