Era una reunión de amigos, como cualquier otra, con por lo menos cinco involucrados, dos hombres, dos mujeres y una menor de edad. El alcohol, la música y las risas abundaban, el ambiente era festivo, hasta que aparecieron dos extraños armados y vestidos de negro como antesala al luto que se aproximaba.
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El suceso ocurrió pasadas las 10:00 de la noche del sábado 26 de julio, en las afueras de una vivienda ubicada en la calle 14 con avenida 34 del barrio Rudesindo Soto parte baja, frente al sector conocido como La Piedra de La Bruja. En aquel sitio cayeron muertos Francisco Torres Téllez y Luis Alejandro Gómez Yáñez, de 29 años de edad.
El grupo ya llevaba varias horas departiendo, hasta que la fiesta fue interrumpida por dos hombres en una motocicleta negra, quienes llegaron por los polvorientos caminos que conectan con la parte alta del barrio, y con la ciudadela de Belén.
Los atacantes se detuvieron frente al grupo, uno desenfundó un arma de fuego, el otro habría sacado un arma traumática, y ambos apretaron el gatillo en repetidas oportunidades, sin discriminar víctimas.
Las balas impactaron a los dos hombres y a la menor de edad, mientras que las dos mujeres, de 40 y 25 años, resultaron heridas con la pistola traumática. De inmediato todos se dispersaron, la sangre marcó la huella de la tragedia, mientras algunos corrieron al interior de la vivienda para protegerse.
Luis Alejandro Gómez emprendió la carrera cuesta abajo, se fue por la calle 17 y giró a la izquierda, hacia la avenida 35, hasta que la muerte lo alcanzó. Los pistoleros se fueron tras él. Malherido, cansado y en medio de la oscuridad, el hombre vivió sus últimos momentos y se desplomó tras recibir el tiro de gracia.
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Los asesinos se fueron como llegaron, y se perdieron en medio de la oscuridad para nunca ser vistos de nuevo. La escena en la casa era dramática. Francisco Torres, las dos mujeres y la menor quedaron gravemente heridos al ser interrumpida la alegría por el fragor de la balacera.
Al momento de recibir auxilio, el hombre, agonizando, se desplomó pocos metros después de salir de la vivienda, quedando tendido en la tierra sin vida, ante los intentos fallidos de revivirlo.
De inmediato las autoridades fueron alertadas, de igual forma, las tres mujeres heridas fueron trasladadas a centros asistenciales donde permanecen recibiendo atención médica. Según se conoció, por la gravedad de las heridas, la menor de edad fue remitida a un centro de salud especializado.
La Brigada Interinsticional de Homicidios (Brinho) arribó al lugar de los hechos para iniciar la investigación y recopilar material probatorio, aunque por el hermetismo de la comunidad y la falta de cámaras de seguridad, se complicará la labor de encontrar a los responsables.
Los móviles del hecho aún son materia de investigación, se pudo conocer que Francisco Torres contaría con anotaciones penales por los delitos de constreñimiento ilegal y amenazas. Hasta el momento no se ha establecido si dichos antecedentes tienen relación con el hecho, pero esta es la principal hipótesis manejada por las autoridades.
La escena del día siguiente era desoladora, entre el silencio de los vecinos y la soledad de la casa frente a la cual se dio el ataque, quedaron numerosas tapas de cerveza manchadas de sangre, al igual que el destapador usado, una silla que se dañó en el acto y una peluca rubia, dejada por alguna de las lesionadas.
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