Las fallas en la entrega de medicamentos de las de los operadores farmacéuticos de las Entidades Promotoras de Salud (EPS) es uno de los factores que han hecho que el gasto en atención en salud de los colombianos se haya incrementado.
Un estudio del Centro de Estudios Económicos de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) reveló que el gasto de bolsillo en este ámbito alcanzó $14,5 billones en 2024, lo que significó un crecimiento real de 1,3% y un aumento nominal de 7,5%, en comparación al año anterior.
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El informe ‘Gasto de bolsillo en salud: otra cara de la crisis que atraviesa el sistema’ evidencia que los usuarios están asumiendo más costos en la atención médica del momento.
Entonces, no solo deben comprar los fármacos que deberían darles por orden médica, también responder por copagos y cuotas moderadoras por servicios que deberían estar cubiertos por las EPS, consultas y procedimientos excluidos del Plan de Beneficios de Salud (PBS) o con autorizaciones negadas y atención en el sector privado.
De acuerdo con los investigadores, el mayor gasto “es consistente con la crisis financiera del sistema, que ha llevado a que las EPS demoren las citas médicas y las autorizaciones con especialistas. De igual forma, también se ha observado un menor otorgamiento de medicamentos por inexistencia de unidades”.
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El equipo de economistas recordó que, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que un gasto de bolsillo relativamente alto frente al gasto corriente en salud es aquel que supere el 20%, “se considera que los hogares enfrentan un riesgo financiero elevado de caer en pobreza por gastos médicos” que debería cubrir el sistema de salud.
“En Colombia, estimamos que el gasto de bolsillo en salud, como porcentaje del gasto corriente del sistema, fue de 16,8%, aumentando frente al 15,6% y 14,9% de 2023 y 2022, respectivamente. Esto evidencia un crecimiento sostenido en los últimos años de este indicador, lo que muestra que el gasto en rubros de salud de los hogares ha crecido en mayor medida que el gasto corriente del sistema”, destacó ANIF.
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Para los investigadores, lo anterior sugiere un empeoramiento en el bienestar y un crecimiento del riesgo financiero de los hogares, lo cual genera una mayor carga financiera, que impacta de manera desproporcionada a las familias con menores ingresos.
“Esta situación no solo está comprometiendo los principios de equidad y acceso universal del sistema, sino que genera efectos regresivos que impactan desproporcionadamente a los más vulnerables”, aseguró ANIF en su informe.
La entidad sostuvo que se necesitan medidas urgentes que respondan a los retos estructurales y no pongan en riesgo el amplio terreno ganado en las últimas décadas en materia de salud.
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