

Cúcuta vive un momento crucial. Mientras la ciudad se transforma y enfrenta viejos y nuevos desafíos, cada indicador, cada proyecto y cada voz ciudadana dibujan el retrato de hacia dónde vamos y qué tanto hemos avanzado.
En este contexto, el mes pasado fueron presentados los resultados de la Encuesta de Percepción Ciudadana 2024, del programa ‘Cúcuta cómo vamos’, que se convierte en un termómetro esencial para entender la realidad local más allá de los discursos oficiales: calidad de vida, educación, salud, seguridad, movilidad, medio ambiente, empleo, participación ciudadana y percepción económica, entre otros. Todo bajo la lupa de datos concretos y percepciones ciudadanas.
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Y en este sentido, analizar los resultados no solo invita a reconocer los logros alcanzados, sino también a identificar con urgencia las brechas que persisten y los esfuerzos que deben redoblarse para construir la ciudad que todos soñamos. Porque, más que cifras, se trata de entender la vida cotidiana de los cucuteños y los desafíos que definen nuestro presente y futuro.
¿Cómo se sienten los cucuteños? ¿Qué tanto hemos mejorado y qué retos siguen pendientes? ¿Vivimos mejor que hace unos años o seguimos enfrentando los mismos problemas de siempre? El ejercicio de la Encuesta de Percepción Ciudadana 2024 recogió la opinión de los habitantes de las 10 comunas de la zona urbana de la capital nortesantandereana, donde los resultados dejan en evidencia la necesidad urgente de transformar las políticas públicas y fortalecer la voz ciudadana para no quedar solo en promesas.
Y para entender mucho mejor cada uno de estos resultados, La Opinión entrevistó a Sharyn Hernández, directora del programa ‘Cúcuta cómo vamos’, quien expuso los hallazgos más relevantes, desglosados por áreas clave.

Orgullo de ciudad y sentido de pertenencia
Uno de los resultados más destacados fue el alto porcentaje de cucuteños que manifestó sentirse orgulloso de vivir en la ciudad.
Esto teniendo en cuenta que, a pesar de que el 71,6% de los encuestados advierte que las cosas en la capital de Norte de Santander en general van por mal camino, un 55,4% manifiesta sentirse orgulloso de Cúcuta y un 53,2% indica que se siente satisfecho de vivir en la ciudad.

Estos resultados muestran una mejora frente a los presentados en 2023, cuando para el 77,4% de los encuestados las cosas iban por mal camino, un 40,37% se sentía orgulloso de la ciudad y un 19,62% decía sentirse satisfecho con Cúcuta como un lugar para vivir.
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Según Hernández, este sentimiento se explica por factores como la facilidad para desplazarse al hogar, la cercanía con los seres queridos y la posibilidad de disfrutar del tiempo en familia sin largas jornadas de tráfico, lo cual genera un valor emocional importante entre los ciudadanos.
“El orgullo de ser cucuteño representa una ganancia para cualquier iniciativa pública, ya que facilita la implementación de políticas y estrategias de mejora”, explica Hernández, al destacar que, pese a problemas como la informalidad, desempleo o inseguridad, los encuestados siguen considerando a la principal ciudad colombiana en la frontera con Venezuela como un buen lugar para vivir.

Salud, principal preocupación
Por primera vez en varios años, la salud supera a la seguridad y el empleo como la principal preocupación de los cucuteños, de acuerdo con los resultados. Este cambio de percepción refleja el creciente interés ciudadano por el estado actual y futuro del sistema de salud.
Según Hernández, coordinadora del programa, los cucuteños no reportaron una mala atención en sus EPS. Sin embargo, existe una creciente preocupación frente a lo que pueda ocurrir en el futuro con las reformas al sistema impulsadas desde el Gobierno nacional.
El 44,2% de los encuestados manifiesta sentirse satisfecho con los servicios de salud recibidos en el último año, mientras que el 31,1 se siente insatisfecho.

“Tienen temor de lo que venga a futuro, sobre todo con temas de reformas de política nacional, es decir, con el gobierno Petro y cómo se va a ver afectado el tema de la salud a nivel nacional”, comenta la directora del programa ‘Cúcuta cómo vamos’.
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Aunque algunos ciudadanos reconocen mejoras en infraestructura, la percepción no es homogénea. Cerca del 30 % de los encuestados considera que no ha habido cambios significativos, mientras otro grupo sí destaca avances. No obstante, la percepción general de la salud va más allá del servicio prestado en clínicas y hospitales.
Hernández indica que la ciudadanía también entiende la salud desde una dimensión pública más amplia. En ese sentido, cuestiones como la atención a la drogadicción y al habitante de calle influyen directamente en la percepción general. “¿Se está haciendo buena atención de la drogadicción, del habitante de calle, de todos estos factores que realmente afectan la salud pública?”, cuestiona.
Estos resultados evidencian que el concepto de salud en la ciudad se encuentra estrechamente ligado a factores como la sanidad, la salubridad y la gestión del entorno, que siguen representando retos importantes para las autoridades locales.
En este caso es clave precisar que, en los últimos meses, Cúcuta ha enfrentado grandes dificultades en materia de salud relacionadas con la entrega de medicamentos, un problema que, ha generado que la Superintendencia de Salud haya realizado en varias oportunidades, jornadas de atención en la capital nortesantandereana para atender las quejas de los pacientes.
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La jornada más reciente se realizó este mes, donde se conoció que, la Secretaría de Salud de Cúcuta recibió entre febrero y marzo de este año, 900 quejas contra EPS.

Persistente la percepción de inseguridad: el atraco callejero y la drogadicción, principales temores
A pesar de los esfuerzos institucionales en materia de seguridad, la sensación de poder ser víctimas de los delincuentes sigue siendo una constante entre los habitantes.
Así lo revela la encuesta, que identifica que la seguridad continúa siendo prioritaria para la ciudadanía, compitiendo históricamente con el desempleo por el primer lugar en las preocupaciones locales.
“Este año, aunque salud ocupó el primer lugar, la seguridad sigue estando entre los temas más sensibles para la comunidad”, explica Hernández. Sin embargo, advierte una contradicción: mientras los ciudadanos manifiestan sentirse relativamente seguros dentro de sus barrios y comunas, consideran que, a nivel general, Cúcuta es una ciudad insegura.
Y es que, según los resultados, el 43,7% de los consultados admite sentirse inseguro en Cúcuta, mientras que, el 41,9% señala que está seguro en su barrio.

En este aspecto de la vida citadina, el principal temor identificado fue el atraco callejero (42,44%), seguido de la drogadicción (41,83%) y el tráfico de drogas (19,40%).
“Cuando se pregunta por el tipo de inseguridad que más temor genera, no aparecen los homicidios como prioridad, sino los robos. La gente siente que un atraco le puede ocurrir a cualquiera, mientras que otros delitos parecen, en su imaginario, estar más asociados a personas involucradas en situaciones específicas”, precisa Hernández.
Otro factor que agrava la percepción de inseguridad está relacionado con el consumo de sustancias prohibidas en espacios públicos.
“Muchos hablan de ‘ollas a cielo abierto’, haciendo referencia a personas que consumen drogas a plena luz del día en parques, aceras y paraderos. Esta situación ha empezado a ser percibida también como un problema de salud pública”, es su consideración al respecto.
En ese sentido, la preocupación por la drogadicción no solo se asocia al deterioro del entorno urbano, sino también al miedo de ser víctimas de robos o de otros actos violentos. Por ello, en concepto de la directora, para los cucuteños el abordaje del consumo de sustancias psicoactivas debe ser una prioridad tanto desde el enfoque de seguridad como desde la salud pública.
En este aspecto, no hay que olvidar que Cúcuta sigue estando en la lista de las 50 ciudades más violentas del mundo, ocupando el puesto 39, de acuerdo con el estudio liderado por la ONG Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CCSPJP), de México.
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Y, en este sentido, también hay que destacar que uno de los resultados más recientes en materia de seguridad en la capital nortesantandereana fue que, en el marco de las acciones implementadas en la política de “Cúcuta Territorio Seguro” liderada por el alcalde Jorge Acevedo, en articulación con la Policía Metropolitana, se logró la incautación de 27 fusiles, 40 proveedores y 4 mil cartuchos, pertenecientes a la estructura Luis Orlando Padierna del Clan de Golfo, un golpe frontal que se libra contra la criminalidad en la ciudad fronteriza.

Retos en emprendimiento y el acceso al trabajo formal
La percepción de los cucuteños frente a la economía y el empleo sigue reflejando un panorama complejo.
La consulta detectó que los ciudadanos consideran que encontrar y mantener un empleo en la ciudad continúa siendo una tarea difícil. La falta de oportunidades laborales formales persiste como una de las principales preocupaciones.

El 45,3% de los encuestados señala que, durante el último año, la situación económica en su hogar ha empeorado; el 71,3% considera que en Cúcuta es difícil encontrar trabajo; el 39,9% manifiesta que está en desacuerdo en ser optimista sobre la situación futura de la economía de la ciudad y el 47,1% indica que en aquí es difícil emprender con éxito una actividad económica.
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Esto evidencia que, aunque existen diversas iniciativas institucionales para fomentar el emprendimiento, muchas de estas no logran perdurar en el tiempo ni generar empleos sostenibles.
La directora menciona que, aunque universidades, Cámara de Comercio, programas de la Alcaldía y redes de apoyo al emprendimiento han promovido actividades importantes, los resultados sugieren que aún falta fortalecer las estrategias que permitan que estos negocios se consoliden a largo plazo.
Y es que, históricamente, Cúcuta ha figurado entre las ciudades del país con mayores índices de informalidad y desempleo, de acuerdo con datos del DANE. Esta situación refuerza la necesidad de enfocar los esfuerzos institucionales no solo en generar nuevos empleos y empresas, sino en brindar condiciones para su estabilidad y crecimiento.

Movilidad: percepción negativa y necesidad de estrategias integrales
En cuanto a la movilidad urbana, el estudio identificó una alta insatisfacción ciudadana.
El 36,5% de los encuestados afirmó que sus trayectos cotidianos toman más tiempo que en años anteriores, precisando que, el 37,3% se moviliza en vehículos de transporte público colectivo, el 25,9% en moto, el 9,1% a pie, el 8,6% en carro y otros en bicicleta, taxi, transporte informal o plataformas digitales.
Los niveles de insatisfacción en tema de movilidad se relacionaron con el deterioro de la infraestructura vial (71,2%), el estado de los bicicarriles (47,3%), el control al cumplimiento de las normas de tránsito (51,6%), la ubicación de paraderos (51,5%), los puentes peatonales (42,2%), las cebras para el paso peatonal (43%), el estado de los andenes (51%) y el cumplimiento de las normas por parte de la ciudadanía (50,7%).

Frente a esta situación, la directora del programa explicó que, aunque en los últimos meses la administración municipal ha avanzado en obras de pavimentación y mejoramiento vial, aún está por evaluarse si estas intervenciones responden realmente a las necesidades expresadas por la ciudadanía.
“Debemos analizar si lo que se está haciendo en términos de pavimentación es lo que las personas estaban requiriendo y si, tras estas intervenciones, los cucuteños sienten una mejora real en su movilidad”, afirmó.
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Asimismo, señaló que, más allá del estado de las vías, es importante ampliar la visión sobre movilidad. “Este tema no puede seguir centrado únicamente en los vehículos particulares o en ampliar las carreteras. La mayoría de los cucuteños se mueve a pie o en transporte público, y eso nos exige pensar en estrategias que beneficien a todos”, recalcó.
Por esta razón, recomienda fortalecer la infraestructura peatonal y de ciclorrutas, así como la construcción de pasos y puentes peatonales, la conversión de calles en zonas exclusivamente peatonales, sugerencias que generarían una movilidad más inclusiva y eficiente, pero que, obviamente, requiere de una articulación integral entre la Secretaría de Tránsito, la administración municipal y entidades como Invías, a fin de que las soluciones viales aborden de manera equitativa las necesidades de toda la ciudadanía.
En este caso, para el mayor nivel de insatisfacción que se relacionó con el mal estado de la malla vial, cabe precisar que, las obras de pavimentación en la administración del alcalde Jorge Acevedo iniciaron en diciembre del año pasado, con el proyecto de recuperación vial que abarca un total de 7.3 kilómetros en el polígono del centro y que hasta la fecha se sigue ejecutando.
Así como también, actualmente adelantan obras de pavimentación en diferentes barrios de la ciudad.

Cultura ciudadana y cumplimiento de normas
Más allá de las obras y las políticas públicas, otro de los retos más complejos que enfrenta Cúcuta tiene que ver con la cultura ciudadana.
La encuesta “Cúcuta Cómo Vamos” reveló una percepción generalizada de insatisfacción frente al comportamiento cotidiano de los ciudadanos, especialmente en el cumplimiento de las normas de tránsito y el uso adecuado de los espacios públicos.
Hernández, directora del programa, explicó que la cultura no debe entenderse únicamente desde la participación en actividades artísticas o recreativas. “Cuando hablamos de cultura ciudadana nos referimos también a cómo nos comportamos frente al otro, cómo acatamos las normas y cómo contribuimos o no al bienestar colectivo”, señaló.
En este sentido, los resultados evidencian una serie de prácticas que afectan la convivencia: peatones que cruzan sin respetar los semáforos, conductores que no ceden el paso o no respetan los pasos peatonales, ciudadanos que ensucian los parques a pesar de contar con canecas, o quienes generan contaminación auditiva con altos volúmenes de música.
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“Muchos problemas que enfrenta la ciudad no son producto exclusivo de una mala gestión institucional, sino del comportamiento individual de los ciudadanos”, afirmó Hernández.
Además, destacó que este tipo de actitudes están conectadas con otras problemáticas como el deterioro del medio ambiente urbano. “Aunque haya políticas o infraestructura adecuada, si como cucuteños no asumimos una actitud responsable, difícilmente se notará un cambio real”, agregó.
El mensaje, entonces, es claro: para que Cúcuta avance, no solo se necesita voluntad política. También es imprescindible una transformación en la forma en que cada ciudadano se relaciona con su entorno y con los demás.

Espacio público y servicios: una gestión con retos por resolver
En la encuesta también se evidenció una baja satisfacción ciudadana frente al estado del espacio público, especialmente en lo relacionado con el alumbrado, la instalación de bancas y la presencia de canecas para la basura.
Este aspecto, según explicó Hernández, directora del programa, implica una corresponsabilidad entre la ciudadanía y la institucionalidad, pero recae principalmente en la gestión de la administración municipal.
“El alumbrado público, por ejemplo, es un tema que debe ser abordado con urgencia. No solo por lo que representa en términos de imagen urbana, sino porque su deficiencia puede estar asociada a un aumento en la percepción de inseguridad”, afirmó Hernández. Señaló que, al analizar la información por comunas, se identifican diferencias importantes: mientras algunas registran una percepción más favorable, otras muestran un mayor descontento.
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En cuanto a la imagen de las entidades públicas, la encuesta también recogió percepciones diferenciadas. Las empresas prestadoras de servicios como Centrales Eléctricas de Norte de Santander, Veolia y Aguas Kpital gozan de una imagen positiva entre los encuestados, quienes valoran la continuidad y cobertura de los servicios, más allá del costo.
“Aunque no se preguntó por los precios, la percepción está ligada a la eficiencia en la prestación del servicio. Las personas sienten que, al menos en la zona urbana, no les falta agua o energía”, explicó la directora.
En contraste, entidades como las Secretarías de Tránsito, (44,6%), y Salud (36,7%) obtuvieron una evaluación negativa. Según la vocera del programa, este resultado responde a factores subjetivos que influyen en la percepción ciudadana. “Si un ciudadano ha tenido una experiencia negativa con una institución, por ejemplo, un mal trámite o una atención deficiente, es probable que califique mal la gestión en general”, agregó.
Aunque la encuesta se centró en la zona urbana de Cúcuta, Hernández subrayó que estas percepciones podrían variar considerablemente en las zonas rurales, donde el acceso a los servicios y la presencia institucional tienen dinámicas diferentes.

Los resultados de la encuesta revelan una ciudadanía atenta, crítica y consciente de los principales retos que enfrenta la ciudad. Temas como la percepción de inseguridad, el acceso a servicios de salud, la falta de oportunidades laborales y las dificultades para emprender siguen siendo asuntos prioritarios en la agenda de los cucuteños.
Aunque se reconocen avances en ciertos aspectos de la gestión pública, persisten preocupaciones que demandan atención integral y sostenida. En este contexto, el informe no solo evidencia el pulso social de la ciudad, sino que también plantea la necesidad de fortalecer la participación ciudadana como eje transformador.
Así las cosas, el informe, más allá de las cifras, plantea una radiografía del ánimo colectivo. Los cucuteños saben lo que quieren, lo que necesitan y lo que aún no mejora. Ahora, el reto será que esa voz ciudadana no solo se escuche, sino que se convierta en motor de decisiones y acciones concretas.
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