Redes estallan por boa constrictor que apareció en Medellín
En cuestión de horas, las redes sociales convirtieron el suceso en un fenómeno. Lo que parecía un simple hallazgo de fauna silvestre pasó a convertirse en un misterioso caso con tintes de farándula. Cuentas de Twitter y TikTok comenzaron a compartir información, no verificada, sobre una influencer del mundo del contenido erótico que supuestamente residiría en la zona y habría perdido a su mascota exótica.
“La boa se le escapó a la actriz nopor”, decía un tuit con miles de reacciones. Otro aseguraba que ella misma había compartido en alguna ocasión fotos con reptiles en su apartamento. Incluso se especuló con que estaría “desaparecida”, aunque hasta el momento no existe ninguna denuncia formal sobre su paradero ni pronunciamiento público de la presunta implicada.
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Lo cierto es que ninguna autoridad ha confirmado la identidad del dueño del animal, ni si efectivamente pertenece a alguien del sector del entretenimiento para adultos. A pesar de eso, la versión ha prendido como pólvora en redes, donde se cruzan el morbo, el humor y la indignación.
Más allá del escándalo mediático, el caso ha encendido las alertas sobre la tenencia ilegal de fauna silvestre en Medellín. Las boas constrictor, aunque no son venenosas, son animales protegidos. Su posesión, tráfico o comercialización sin los debidos permisos constituye un delito ambiental en Colombia. De hecho, no es la primera vez que un caso así aparece en la ciudad.
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n octubre de 2024, en otro sector de Medellín, las autoridades incautaron cinco boas, junto a tortugas matamata y otras especies, en el balcón de un apartamento. En ese entonces, también se sospechaba de figuras públicas vinculadas al entretenimiento digital, aunque sin consecuencias judiciales visibles.
Los expertos coinciden: más allá del escándalo viral, estos episodios ponen en evidencia una práctica silenciosa y peligrosa que combina el estatus, la ilegalidad y la ignorancia sobre el cuidado de los animales.
Los vecinos del conjunto residencial se debaten entre el susto y la incredulidad. “Yo tengo dos niños pequeños. No me imagino que esa cosa se me hubiera metido al apartamento”, dijo una madre residente, visiblemente alterada. Otros tomaron el hecho con humor: “Nunca pensé que en mi barrio íbamos a tener a una estrella porno y a una boa bajo el mismo techo”.
En redes, el episodio fue bautizado como “La telenovela de la boa y la actriz”. Algunos usuarios ya piden una serie en Netflix. Otros exigen responsabilidades. Lo cierto es que, por ahora, ni la actriz ni el dueño del animal han dado la cara, y la historia sigue abierta.
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