Desde hacía pocos meses, Henry Rolando Cárdenas Rey llegó a vivir en la calle 14A con avenida 16B del barrio Torcoroma I, una pequeña callejuela sobre la que quedaba su casa, en la que además habitaba su esposa, quien tuvo la difícil labor de acompañarlo en sus últimos momentos.

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Sobre las ocho de la noche del pasado lunes, 30 de  junio, día festivo por conmemoración al día de San Pedro y San Pablo, Cárdenas fue interceptado por dos hombres en moto, en la entrada de su vivienda. Uno de ellos desenfundó un arma de fuego y disparó en repetidas ocasiones, dando en el objetivo la mayoría de ellas, mientras en una no conectó y el proyectil dio a parar contra el marco de una ventana de la casa.

Los responsables emprendieron la huida en el vehículo, mientras Cárdenas, gravemente herido, se echó las manos a las heridas tratando de detener el sangrado, pero no pudo ser, el asfalto de la calle y la cerámica de su vivienda marcaron el camino que recorrió el herido.

El camino llevaba hasta la puerta principal de la casa, donde se encontró con su pareja sentimental, quien se encontraba al interior de la casa y escuchó todo. Según cuentan, de inmediato, ella lo ayudó a subir a una motocicleta para llevarlo a la Unidad Básica de La Libertad.

Cárdenas perdía mucha sangre en este tramo, de aproximadamente un kilómetro, con prontitud llegaron de urgencia al centro asistencial, para que trataran de salvarle la vida a la víctima del ataque armado.

Desde allí alertaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc). Algunas patrullas llegaron al puesto de salud, mientras otras fueron a la vivienda, para comprobar lo sucedido. Era una escena poco habitual para un barrio tranquilo y silencioso, algunos vecinos se asomaban para conversar sobre lo sucedido, mientras Cárdenas luchaba por su vida.

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El ambiente era tenso en las afueras del centro médico, pasaron varios minutos sin noticias del estado de Cárdenas, hasta que cerca de 30 minutos luego del suceso, se confirmó la muerte de Urraca por la gravedad de las heridas.

La investigación continuó en la vivienda, las autoridades recopilaron testimonios para establecer algunas características de los responsables, estableciendo un Plan Candado. Sin embargo, al cierre de esta edición no habían logrado ninguna captura.

Al día siguiente la escena en la vivienda era desoladora, aparentemente nadie volvió durante la noche ni en la mañana. El rastro de sangre seguía sobre el suelo e incluso la puerta de la casa quedó abierta, evidenciando la urgencia con la que salieron.

Los móviles del hecho aún son materia de investigación, lo cierto es que las autoridades contemplan que el hecho esté relacionado con el pasado criminal de Urraca.

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Casa por cárcel

En dos ocasiones Urraca había sido capturado por porte y tráfico de estupefacientes. La más reciente había sido en el pasado mes de marzo, con sospechas de su accionar criminal las autoridades investigaron en su contra y allanaron su vivienda en Torcoroma.

En el acto lo capturaron junto a su pareja sentimental, al encontrarles 570 gramos de marihuana y 182 gramos de cocaína. Según la investigación, Urraca había sido señalado como un delincuente independiente, encargado de vender sustancias alucinógenas en pequeñas cantidades a domicilio, especialmente en las comunas 4 y 8.

De acuerdo a las autoridades, Cárdenas actuaría bajo el apodo de ‘el Rey de la heroína’, en este caso le dictaron casa por cárcel, mientras su mujer fue dejada en libertad. En total acumulaba 8 anotaciones judiciales relacionadas con estupefacientes, y por lo mismo había pisado prisión en 2016.

Fue en noviembre de dicho año que Urraca fue detenido junto a su hermano menor, Sergio Alejandro Cárdenas Rey, la pareja sentimental de uno de ellos, Andri Anyurt Hernández Pabón, y Jorge Enrique Castellanos Fajardo.

A los detenidos les venían siguiendo el rastro desde hace dos años, señalados de expender estupefacientes en la ciudadela Juan Atalaya, cerca de establecimientos educativos y parques.

Dos años y medio después Urraca recuperó su libertad, sin embargo, su accionar no cambió y la criminalidad le quitó la vida.

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