En los últimos años, una nueva preocupación se ha instalado en el panorama medio ambiental global: el domo de calor. Según datos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), los eventos de domos de calor han aumentado en frecuencia y severidad en las últimas tres décadas.
Pero, ¿qué es exactamente un domo de calor y qué implica para nuestro planeta? El domo de calor es un fenómeno atmosférico provocado por una gran masa de aire caliente que queda atrapada por corrientes de aire de alta presión.
Este domo puede permanecer en una región por días o incluso semanas, causando temperaturas extremadamente altas.
El efecto es similar a lo que ocurre cuando un automóvil queda estacionado al sol: el aire caliente se queda atrapado dentro, haciendo que la temperatura interna suba considerablemente.
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Desde una perspectiva científica, el domo de calor es un resultado directo del cambio climático antropogénico. Los gases de efecto invernadero, liberados en la atmósfera por actividades humanas como la quema de combustibles fósiles y la deforestación, aumentan la temperatura global.
Este calentamiento desequilibra el sistema climático de la Tierra, lo que puede provocar una mayor frecuencia de fenómenos extremos como los domos de calor.
Impacto en los ecosistemas y la agricultura
Las consecuencias de los domos de calor son devastadoras. No sólo resultan en olas de calor insoportables que pueden poner en riesgo la salud humana, sino que también tienen un impacto significativo en los ecosistemas y la agricultura.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las olas de calor de 2022 causaron pérdidas de cultivos de alrededor de 12 mil millones de dólares en todo el mundo.
Pero el efecto del domo de calor va más allá de las altas temperaturas. La presión que se ejerce en la atmósfera puede causar sequías extremas y prolongadas, como se ha visto en el oeste de Estados Unidos y Australia.
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A su vez, estas sequías pueden intensificar los incendios forestales, lo que agrava aún más la situación del cambio climático al liberar grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera.
En este contexto, es crucial que se tomen medidas para combatir el cambio climático. Reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, fomentar la adopción de energías renovables y trabajar para restaurar y conservar nuestros bosques pueden ayudar a disminuir la frecuencia y severidad de estos fenómenos extremos.
Los domos de calor son un claro recordatorio de la urgente necesidad de actuar frente al cambio climático. Son una amenaza real y tangible que ya está teniendo un impacto devastador en nuestra salud, economía y medio ambiente. La acción conjunta, global y decidida, es la única forma de mitigar las consecuencias más graves de este fenómeno.