En grandes supermercados, tiendas de barrio o establecimientos de comida, es común encontrar miel adulterada o falsificada, también conocida como “sirope”, un producto mezclado con azúcar o con jarabes de alta fructosa, que tiene un sabor similar a la miel original.
Este ha sido uno de los grandes cuellos de botella de la apicultura colombiana, pues se calcula que un 80% de la miel que se consume en el país es adulterada o falsificada, existiendo así un mercado desleal que afecta la competitividad y continuidad del negocio.
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Por esto, y a propósito de que hoy es el Día Mundial de las Abejas, Fabio Díazgranados, presidente de la Federación Colombiana de Apicultores y Criadores de Abejas (Fedeabejas), manifestó las preocupaciones que los aquejan, la importancia de la polinización para el agro y la necesidad de que se implemente la ley para el fomento de la apicultura.
La importancia para el agro
Las abejas son una de las especies más importantes del mundo para garantizar no solo la seguridad alimentaria, sino la supervivencia de la biodiversidad.
De hecho, uno de los sectores que más se benefician de estos insectos es la agricultura, pues la polinización permite que los cultivos sean más eficientes y productivos.
“Si hiciéramos un cálculo macro, el aporte de la apicultura al agro lo podemos estimar en unos $900.000 millones, simplemente por aumento y mejoramiento de la productividad del sector. Por ejemplo, es muy reconocida la polinización en el aguacate, el café y los cítricos. Y hay una gran variedad de frutas y hortalizas que aumentan entre un 30%, 60% y 80% su productividad cuando tienen una eficiente polinización con nuestras abejas”, explicó Díazgranados.
Y agregó que también se ha demostrado cómo la apicultura es una de las mejores alternativas para la sustitución de cultivos y la minería ilegal.
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“No somos competitivos”
Pese a las bondades e importancia de la crianza y cuidado de las abejas en la economía y la seguridad alimentaria, la apicultura colombiana aún no logra ser competitiva, pues, como se mencionó anteriormente, uno de los mayores problemas que padece son los productos adulterados, que se venden a precios mucho más bajos que la miel pura.
“Esto es algo que realmente nos preocupa mucho. En Colombia se consume mucha miel adulterada, y si eso sigue sin control, los productos falsificados seguirán en aumento, y esto hará que el relevo generacional de los apicultores en el país sea más lento o no se dé, porque empiezan a ver que la apicultura no es un buen negocio. Y si hay menos apicultores cada vez habrá menos abejas”, señaló el dirigente de Fedeabejas.
Por esta razón, uno los reclamos del gremio, con miras a mejorar dicha competitividad, es la falta de implementación y reglamentación de la Ley de Fomento Apícola.
Más acompañamiento
En enero del año pasado se sancionó una ley para establecer mecanismos de financiación y crédito para los apicultores; incrementar la producción y el consumo de productos apícolas, crear programas para el mejoramiento genético de las abejas, y brindar asistencia técnica en el manejo sanitario de las colmenas; sin embargo, esta aún no se implementa.
"En la visita que le hicimos a entonces ministra de Agricultura, Cecilia López, ella se comprometió a que este año se iba a trabajar en el fomento y desarrollo de la apicultura que exige la ley. Nosotros le presentamos un plan para que en este gobierno pudiésemos llegar a las 500.000 colmenas en el país, pero ahora, con el relevo que hubo, nos toca empezar de cero”, manifestó Díazgranados.
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Por ahora, desde el gremio esperan volverse a sentar con la nueva jefe de la cartera agropecuaria para iniciar de nuevo las conversaciones.
Comercio exterior, aún falta
La producción de miel de abejas en 2022 fue de cerca de 7.000 toneladas en el país, lo que representó una cifra récord, ya que hubo un crecimiento de más del 90% frente lo producido en 2021.
De acuerdo con el gremio de los productores de miel, Colombia importó entre 2021 y 2022 alrededor de casi 1.000 toneladas de este producto, que comparadas con los resultados que tuvo en la producción interna, no representa un problema mayor. No obstante, el desafío es que el país se consolide como un exportador importante, para lo cual aún falta mucho camino.
Y es que pese al aumento que ha tenido la producción de miel colombiana año tras año, esta no alcanza aún a satisfacer la demanda externa.
“Colombia, como tal, no es un país exportador de miel de abejas. Las ventas externas siguen siendo muy precarias, más que todo a nivel de muestras de mieles. Nosotros no contamos con los excedentes necesarios, y eso hace que no podamos responder cuando los países nos piden 10 o 30 toneladas mensuales. Actualmente, el país envía su miel, en muy pocas cantidades, a destinos como Emiratos Árabes y Estados Unidos”, comentó el líder gremial.
Así las cosas, aunque la famosa frase: “La extinción de las abejas sería el comienzo del fin para el ser humano”, que se le atribuye a Albert Einstein, pareciera una realidad lejana, hay factores que amenazan cada vez más la supervivencia de estos insectos y de quienes viven de ellos.
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